Por Carlos Alberto Roble.- El neoliberalismo es la expresión más inhumana que existe desde la esclavitud. En su camino al todo reduce al ser humano a un simple número y a los pueblos los convierte en ruinas empobrecidas y llenas de odio.

En las democracias neoliberales, las empresas multinacionales y corporativas se constituyen en los factores más importantes, en tanto que las ganancias y las utilidades son los elementos prioritarios que se deben cuidar por sobre todas las cosas o por sobre todo valor.

En este contexto, no importa para nada que haya pobres, indigentes o marginales; lo único importante en este sistema es que el mercado esté tranquilo, contento y dominando la cotidianeidad de las personas.

Thomas Piketty sostiene en su publicación -El capital en el siglo XXI- que “ya que la pobreza y las ganancias son más excesivas, hay que gravar esas utilidades de botín que impiden distribuir la riqueza, concentrándola en unos cuantos pillos”.

Y eso, lamentablemente es lo que está ocurriendo en la actualidad con el último intento de las empresas distribuidoras de gas natural en la Argentina. Resulta por demás ilógico el hecho de querer cobrarles a los usuarios un extra por la devaluación del peso. Esto simplemente raya el límite de tolerancia para una sociedad que se presuma democrática y que quiera vivir en un Estado de Derecho. Intentaron con esto pasar todos los límites a la dignidad constitucional y jurídica.

Debemos entender que a esta situación no llegamos de causalidad, ni de la noche a la mañana, ya que el neoliberalismo fue preparando el terreno a través de los medios de comunicación que fueron instalando en su agenda diaria e inyectando en forma de goteo situaciones o hechos que repetimos sin analizar y generando opiniones sin argumentos.

Es por eso que sostengo que la participación en política es fundamental para intentar frenar el devastador paso del neoliberalismo. Ese neoliberalismo que lucha por instalar la idea de la antipolítica para obtener mejores beneficios. Recuperar el país del caos que se está viviendo es un trabajo conjunto de todos los miembros de una sociedad comprometida, democrática y sin grietas personales o partidarias.

El politólogo estadounidense Al Smith afirmaba que hay que “resolver con más democracia los problemas de la democracia” y en ese camino debemos enfocarnos los argentinos en un presente que nos demanda nuestra participación, sino la próxima vez no será ya el gas lo que intenten cobrarnos entre gallos y medianoche, sino nuestra forma de gobierno. El neoliberalismo viene por todo y aquí sí que no resulta un slogan político sino la mismísima realidad.

Fuente: La Mañana