Por CPN Germán Vittore.- Desde hace bastante tiempo hemos visto como esta Alianza Cambiemos, con las políticas económicas que implementó, “¡incendió!” nuestra economía; provocando “quemaduras de tercer grado” no sólo a todo el aparato productivo, a nuestra industria, Comercio y Pymes sino a millones de compatriotas (principalmente a los asalariados, clases medias y a los más vulnerables de nuestra sociedad).

Políticas “incendiarias”

Dentro de las principales políticas “incendiarias” se encuentran el haber:

tomado una rápida, improductiva y exponencial deuda externa (que pronto será de más de 150.000 millones de dólares y que hoy ya representa casi el 90 % de nuestro P.B.I.),

emitido más de un billón de pesos en “Lebac” a tasas inconcebibles y destructivas, fomentado una obscena “Timba Financiera” (que hoy paga hasta un interés del ¡74 %! con las nuevas Letras de Liquidez - “Leliq”- que emite, exclusivamente para los Bancos, nuestro B.C.R.A.),

desregulado el mercado cambiario y de capitales y liberado el Tipo de Cambio (devaluando nuestra moneda en más de un 300 %, permitiendo la fuga de divisas y la entrada de capitales especulativos golondrinas) y

generado una escalada inflacionaria sin freno (con un índice de precios al consumidor que casi llegará al 100 % en 3 años de gestión y que si tomamos como base el 2015 la inflación promedio crecería un 250 % a finales del 2018).

Si agregamos el haber: # dolarizado y liberado los precios internos de nuestros recursos naturales (petróleo y gas), # realizado un apertura indiscriminada de importaciones, # quitado subsidios y retenciones a las exportaciones, # aprobado perjudiciales reformas previsionales y tributarias, etc., etc., etc. que han provocado una profunda recesión económica; que no sólo destruye el poder de compra de toda la población generando más pobreza e indigencia sino que han motorizado un profundo proceso de primarización y desindustrialización de nuestra economía, con cierre de fábricas, pymes y comercios, con caída en el consumo, en el nivel de actividad y de la inversión productiva y con fuerte pérdida de empleo.

¡Más nafta!

¿Cómo pretende el grupo de CEOs que nos gobierna “apagar” los principales “incendios” que provocó?

Con nafta; sí, ¡con más nafta!. Veamos:

Al incendio de la “Deuda externa tomada” (y del inevitable Default), se lo quiere apagar con: ¡más Deuda!

(¡Y con el F.M.I.!, quien desembolsará un total 57.100 millones de dólares; los cuales se adelantarán casi todos hasta antes del 2020).

Al incendio de la “Timba Financiera fomentada” (de la bola de nieve de las Lebac), se lo quiere apagar con: ¡más Timba!

(Las populares “Lebac” del obsceno 45 % se reemplazan por las selectas “Leliq” del inconmensurable 74 %).

Al incendio de la “Corrida Cambiaria permitida” (con bruscas devaluaciones inflacionarias), se lo quiere apagar con: ¡más Timba y reducción de circulante!

(Con más tasa de interés y especulación financiera y “secando” la economía de pesos; se pretende disminuir la ¡liberada! fuga y demanda de dólares).

Al incendio de la “Inflación descontrolada” (que destruye salarios, poder adquisitivo y genera pobreza), se lo quiere apagar con: ¡menos consumo y más Timba (también)!

(Mientras más caiga el consumo, mientras más se “enfríe” la economía por mayor auge de la especulación financiera y reducción de emisión monetaria, más recesión, menos demanda de bienes y servicios; y por ende, menos presión de precios).

Conclusión: ¿Cómo intenta este Gobierno neoliberal apagar el incendio de esta generada “Recesión económica”?

¡Con más Recesión económica!

Esto es así ya que con este ajuste monetario (de tasas usurarias y de “secar” la economía de pesos) y fiscal (de cruenta reducción de gastos e inversión en obra pública con creciente carga financiera) se elimina cualquier vestigio que pueda motorizar nuestra economía para palear esta profunda crisis ocasionada.

Hoy todos los componentes de nuestro P.B.I. (I. Consumo privado, II. Inversión privada, III. Gasto e Inversión pública y IV. Comercio exterior) se encuentran en marcada caída libre. Los tres primeros, que representan casi la totalidad del mismo, no tienen ninguna perspectiva ni posibilidad alguna de mejoría; y sólo tal vez, el cuarto pueda llegar a tener algún leve saldo positivo. Veamos.

El “Consumo privado” está herido de muerte; con la escalada inflacionaria desbocada que come ingresos y salarios, con exponenciales y prohibitivos “tarifazos” (sin freno alguno), con fuertes y permanentes subas de combustibles (totalmente descontrolados), con altas tasas de interés que disminuyen el crédito y con el incremento del desempleo y la pobreza.

La “Inversión productiva privada” totalmente retraída; principalmente porque no hay demanda (como les decía, el consumo agoniza cada día más) y por las altas tasas de interés (que prima a la especulación financiera; ¡que se encuentra recargada!).

El “Gasto e Inversión pública” fuertemente recortado y detraído; con el plan de ajustes desmesurado consensuado con el F.M.I. donde se presupuestan reducciones fortísimas en todos los sectores sensibles para garantizar derechos y servicios esenciales básicos (salud, educación, ciencia, transporte, etc., etc.), nula inversión en la Obra Pública y crecientes pagos en intereses de la deuda (¡siendo el único rubro que crece del Presupuesto!).

La “Balanza Comercial Externa”, si los imponderables lo permiten, tal vez logre alguna mejoría y pueda compensar muy poco la fortísima caía que seguirán sufriendo los 3 principales componentes antes mencionados; donde quizás algún incremento de las exportaciones supere a la indiscriminada apertura importadora y revierta la situación actual de récord deficitario.

En resumen, nada cambia todo se agudiza. Es decir que se nos propone solucionar los graves problemas que se generaron con más deuda y entregando nuestra soberanía económica al F.M.I. (quien nos sigue endeudando y adelantando desembolsos, para evitar declarar hoy la ya vigente cesación de pagos, y maneja nuestra política fiscal y monetaria, imponiendo sus recetas de cruentos ajustes y dirigiendo ya directamente a nuestro B.C.R.A.). Veamos.

Hoy se nos propone la panacea del “Déficit ¡Primario! Cero” con un Presupuesto 2019 que es un gran dibujo, que en caso de ser aprobado, sólo servirá para convalidar y democratizar los brutales ajustes propuestos y para garantizar el pago de los intereses y capital de la deuda; como si fuera la (única) solución a todos nuestros problemas, desconociendo las verdaderas causas que los originan.

Se nos propone renovar y fortalecer aún más la especulación financiera, cambiándole el nombre a la Timba (Lebac por Leliq), elevando la tasa de interés de referencia del mercado (entregando un gran negocio al Sistema Financiero -a los Bancos- que captan depósitos de la gente hasta con el 50 % de tasa por Plazos Fijos y los colocan hasta el 74 % con las mencionadas Letras de Liquidez -Leliq- que emite el B.C.R.A.) bajo la excusa de contener al Tipo de Cambio y a la inflación; provocando más recesión económica y destrucción del aparato productivo de nuestro país.  

La “paz de los cementerios”

Como podrán figurarse, el modelo se retroalimenta sólo. Para la deuda más deuda; para la timba más timba; para la recesión más recesión; para el pueblo más ajustes; para bancos, especuladores, petroleras y empresas de energía y gas, complejo agroexportador concentrado, etc. más rentabilidad y así las cosas.

Se generaron incontables problemas; y la solución propuesta es, agravar y profundizar los mismos. No se atacan las cuestiones de fondo que los generaron, lo cual implicaría desandar todo el camino realizado; sino que con una fuerte convicción y determinación se acelera y se va derecho, a una mayor velocidad, hacia el colapso absoluto de nuestra economía.

No se apaga el incendio con agua, o siquiera desmalezando el perímetro para contenerlo; sino que se le echa más nafta, hasta que sólo queden cenizas.

Esto es, ¿inoperancia? No lo creo. Esto es el “éxito” rotundo del modelo económico implementado que se cumple a raja tablas; que defiende intereses de grandes poderes económicos y financieros y condena a millones de compatriotas a la pobreza y al desempleo.

Este Gobierno nos propone apagar este incendio, que provocó, con el sudor y el mar de lágrimas de todo el pueblo argentino.

Antes, en campaña y hasta hace poco tiempo atrás, nos prometía vacías esperanzas y un pronto e iluso mejor futuro; hoy ya, sólo nos promete: la “paz de los cementerios”.