Por Tony Villavicencio.- Es una realidad muy dura la que viven los argentinos y más aún los habitantes del Norte Grande, al que el presidente Mauricio Macri, con sus decisiones económicas ha ido generando el aumento de la pobreza, que progresivamente, desde hace dos años y medio, se multiplica.

Como si fuera una burla, los discursos del primer mandatario nacional, sin compadecerse, insiste que “vamos por el camino correcto”, cuando ya la pobreza alcanza a 12 millones de compatriotas y a menos de 24 horas del informe del Indec, un nuevo golpe de la inflación. De ayer a hoy, con la suba de la cotización del dólar a $42, alcanzando este mes de septiembre a un 6%, que termina fulminando al salario de los trabajadores y el pueblo ha ingresado a la incertidumbre y el endeudamiento, que se adueña y humilla a las familias de la clase media argentina.

Cabe destacar que las familias del Norte Grande, primero se endeudaron con la tarjeta de crédito, ahora no pueden pagarla, entonces piden créditos informales, cayendo en un círculo vicioso, víctimas de la usura promovida y puesta en marcha por el mismo gobierno. Y el que tiene trabajo vive con el miedo de perderlo y también con la incertidumbre de saber que con su sueldo no va llegar a fin de mes.

En Santiago del Estero, por la transparente y correcta administración del gobierno del Dr. Gerardo Zamora, si bien es cierto, se mantiene el empleo, la resección ha comenzado a profundizar la pobreza y esto pareciera en todo el país, no tocar fondo.

El aumento de la inflación del mes de julio y agosto han absorbido el incremento del sueldo que dieron estas provincias. Sueldos que se achicaron y la calidad de vida del empleado disminuye en forma sistemática y permanente.

Durante estos dos años y medios del Gobierno de Cambiemos, la situación en todo el país es dura, pero más crítica y delicada en las provincias vecinas de Tucumán, Salta, Jujuy y Chaco, donde se desmoronó el empleo y la administración pública de cada provincia han comenzado a tener limitaciones presupuestarias para atender los salarios de empleados, situación que se traslada a los municipios de esas provincias, acosadas porque no han logrado un equilibrio fiscal.

Otro punto que desfavorece al futuro de las provincias, municipios y comisiones municipales es el recorte del Fondo Federal Sojero, que representaba para la región del Norte Grande un ingreso estimado en los 3.800 millones de pesos. Estos recursos, para las provincias, implicaba obras importantes para las comunas, una plaza, un puente, un arreglo de veredas y en el caso de las municipalidades de Monte Quemado, Los Pirpintos, El Caburé, Sacháyoj y Quimilií, estaban dirigidas a obras relacionadas al medio ambiente, por encontrarse estas ciudades y poblaciones dentro de la zona roja de la prevención del dengue. Políticas que de aquí en mas no se podrán aplicar, colocándose en vulnerabilidad la salud de la población.

Para todas las Municipalidades y Comisiones Municipales, son obras que quizás parecen menores, pero que realmente, para la calidad de vida de los vecinos, eran muy importantes, sin embargo, mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia, el gobierno nacional, de un lapicerazo lo suprimió y estos fondos ya no serán girados.

También, las partidas presupuestarias que estaban destinadas para el mantenimiento edilicio y para servicios generales de las universidades públicas de Santiago del Estero, Salta, Jujuy, Chaco y Tucumán, que con la obra de otro decreto presidencial, ya no giran desde la Nación los fondos para el mantenimiento de estas instituciones educativas de las provincias del Norte Grande.

La pobreza en el norte argentino y en Santiago del Estero se está multiplicando y cuando esa pobreza se multiplica, indefectiblemente genera situaciones de violencia e inseguridad, por lo que la situación que estamos viviendo no es obra de la improvisación, sino que responde a un plan económico para que a los argentinos nos vaya así, con estas consecuencias, con estos resultados de pobreza. Nadie puede hacer tan bien los deberes como el Gobierno nacional, para que nos vaya tan mal a la clase media.

Cómo te explicas cuando, un día después de que el Indec difundiera que la pobreza alcanzó a 12 millones de personas y de cada tres  argentinos, uno de ellos es indigente,  la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, admite la preocupación del Gobierno por mantener la paz social ante el feroz ajuste impuesto por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y a su vez, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anuncia que están diseñando desde su ministerio medidas para evitar que se produzcan los saqueos a supermercados. Lo que están advirtiendo las funcionarias del macrismo es que habrá más recortes, “pero cuidado, estamos preparados para reprimirlos, si va a buscar en los supermercados la comida que el gobierno se la quita”.

Todo es muy coincidente, como para no dejar de suponer que es un plan económico sistemático y diseñado a medida, cuando se lo asocia a los inexplicables decretos de este gobierno, como es el de las fuerzas armadas dispuestas por Mauricio Macri en la frontera, bajo el disfraz de la lucha contra el narcotráfico y no son pocos los argentinos que en voz alta opinan que, en definitiva, sean para utilizar la fuerza bélica contra el propio pueblo, el que como las ovejas, cuando le suenen las tripas, van saltar el cerco, exigiendo por sus derechos al trabajo y a los alimentos y aunque parezca contradictorio, este plan económico de empobrecimiento no es obra de la improvisación, como se opina, sino al contrario, y como dijo el Chavo del 8, no contaba con la astucia del presidente Mauricio Macri, que gobierna para el Fondo Monetario Internacional y no para el pueblo que lo votó.