Por Tony Villavicencio.- Las municipalidades son el paragolpes de las crisis económicas y después del virtual vaciamiento de recursos retenidos por el Gobierno de la Nación a los municipios, la situación social para las comunas del país y de Santiago del Estero se comprometen.

Hace poco recibieron la noticia de que se elimina el Fondo Federal Solidario, o fondo sojero, como todos lo conocen. No es nada nuevo: es parte del acuerdo entre el Gobierno Nacional y las provincias, en aquel famoso Pacto Fiscal. Lo cierto es que estaba previsto para el año que viene, pero Macri se adelantó y lo mandó a “foja cero”, mediante un decreto de urgencia. Informalidad a la que ya nos tiene acostumbrados el presidente a todos los argentinos.

Pero la idea aquí no es culpar al gobierno nacional, ni a Macri, aunque son claramente responsables de la mentira institucional con la que gobierna, porque ya se sabe que a eso vinieron: a saquear el país de manera brutal como lo están haciendo.

Son parte de la receta de los fondos buitres. Sin embargo, hay otros responsables en la quita del Fondo Sojero y son los legisladores peronistas y radicales, que levantan la mano de acuerdo a los intereses de sus gobernadores, que piensan en ellos y no en los municipios. La traición de los “compañeros” y la traición de los correligionarios –que aprobaron el pacto fiscal a sabiendas de la traición– hoy ya no los exime de culpas.

Ahora que el fondo sojero ya no está, que ya no puede ser un salvavidas para las provincias y, especialmente para los pequeños municipios, los de la bancada peronista recién se acuerdan y salen a levantar la voz contra el gobierno nacional. ¿Por qué no lo hicieron antes, cuando agacharon la cabeza, y los legisladores del bloque justicialista firmaron el acuerdo? Ahora ya es tarde, si antes no tuvieron el valor necesario, hoy son sólo perros que ladran al gato Tom y a su mejor aliado, el ratón Jerry, la dupla Mauricio Macri-Marcos Peña, que funciona entre la timba financiera, el engaño y las mentiras disfrazadas de verdad.

Hubo algunos intendentes de otras provincias, como es el caso de Cemborain, de la localidad de Mercedes, provincia de Corrientes, que prometió no dar el brazo a torcer y recurrió a la Justicia para que vuelva el Fondo Sojero a su municipio. O por lo menos, para que alguien aclare con qué recursos contarán desde ahora las comunas.

¿Podrán realmente afrontar el gasto las provincias? Hay municipios de Santiago del Estero, como es el caso de las comunas de Monte Quemado, Añatuya, Campo Gallo, Frías, Campo Gallo, Quimilí, Nueva Esperanza, Pampa de los Guanacos y Tintina, donde el ingreso del Fondo Sojero representaba más del 20% de los ingresos coparticipables y estuvieron destinados a construir pequeñas obras, en las que ocupaban mano de obra, alivianando las pesadas cargas sociales de los desocupados.

¿Qué hacen estos municipios con los desocupados? Van a tener que pedirle un mayor esfuerzo en el envío de fondos a la provincia, de lo contrario, los paragolpes de contención social que son los municipios van a ceder y el vecino ya no tiene fuerza para seguir resistiendo a la pérdida del poder adquisitivo del salario y no habrá intendente que frene los efectos desbastadores de la crisis.

Luego de los anuncios, se vio otra vez al pueblo bancando con sudor el ajuste de un gobierno que apostó a la timba financiera, rifando la economía y hoy el pueblo sufre las consecuencias de la aventura de un gobierno insulso, sin ideas ni ideales, comandado por dos personajes que hoy son menos creíbles para el mercado que la serie del gato Tom y el ratón Jerry.

Claro está que Argentina perdió soberanía y la democracia perdió fuerza, y en los pueblos donde se siembra desocupación y hambre, no hay probabilidad de que persista la democracia y los municipios del país están en peligro, porque son el primer paragolpes de las crisis sociales.