Por Tony Villavicencio | Se vivió un fin de semana con incidentes en los dos partidos de fútbol, correspondiente a las semifinales de un campeonato organizado por la Municipalidad de Monte Quemado.

La Municipalidad, con fines políticos, asume responsabilidades que no le corresponden y son hechos que terminan en escándalos. El fútbol es un deporte que socializa, pero donde se politiza ocurre lo impredecible.

El fin de semana, el secretario de Gobierno, al que habían convertido desde la intendencia en el “Chiqui Tapia” del fútbol copeño, fue amenazado por un grupo de hinchas, por lo que el sábado asistió camuflado y custodiado.

No vamos a hacer referencia a lo que es habitual y ocurre con frecuencia, como lo fue el enfrentamiento entre los barrabravas de los clube, pero si vamos a citar lo sucedido el domingo, donde por evitar un enfrentamiento entre los hinchas de Villa Nueva y Quilmes, la policía se puso  en el medio y recibió una descarga de ladrillazos, resultando alguno de ellos con heridas que los obligaron a hacer disparos intimidatorios con balas de gomas.

El escenario de este último hecho fue la esquina de la avenida Presidente Perón y Deán Funes, donde hasta ayer se observaban piedras y cascotes que fueron utilizados durante el enfrentamiento.

Desde la secretaria de prensa de la municipalidad se esfuerzan por desmentir a los medios que se animan informar con objetividad lo ocurrido, algo que fue observado por mucha gente y difundido por la redes sociales.

El sábado, la policía custodió al secretario de Gobierno por estar sospechado de usar su poder e influenciar a los árbitros del partido y así favorecer a un equipo.

Deberían apoyar y fomentar el deporte porque es un importante espacio de contención social, pero convertir a la municipio en una federación de fútbol, organizadora de competencias, invadiendo a las organizaciones deportivas y sociales de la ciudad es un error o una picardía política, que tiene como objetivo entretener y distraer al pueblo de las falencias que tiene esta gestión.

Lo concreto es que la municipalidad es una institución de servicio y de fomento, y cuando los gobiernos invaden a las instituciones sociales y deportivas de la ciudad,  pasa lo que sucedió  el sábado y se repitió el domingo. Desde la municipalidad se usa al fútbol con fines políticos y no como como lo que es: una herramienta  de contención e integración social.