El invicto se estira y no se rompe (ya está en 29). El plantel se estira y el que tendrá que romperse el coco será Scaloni para ver a quién deja afuera de la lista mundialista porque todos hacen méritos para estar en Qatar.

La Selección Argentina y otra muestra de autoridad: con más de medio equipo suplente venció a Colombia y sigue demostrando que lo que está más fuerte es el grupo. Porque ante ausencias de renombre (desde Messi, hasta por primera vez en el ciclo no tener ni a Paredes ni a De Paul) le alcanzó para ganarle a un rival desesperado, que quedó muy complicado en su sueño de ir al Mundial.

La Scaloneta ya tiene un sello, juegue quién juegue. Hay una idea clara de posesión y pases cortos, para luego lastimar con ese animal de área que se convirtió Lautaro Martínez, quien entró en racha y todo lo que le queda cerca lo transforma en gol. La Selección jugó un gran primer tiempo, con las líneas juntas, buscando tener siempre la pelota, tratando de llegar en bloque y, cuando la perdía, atoraba al rival en la salida hasta volverlo loco...

El pecado de ese PT fue no haber tenido más llegadas, ni definir el partido. Porque en el final, de esa etapa tuvo que aparecer Dibu con una atajada increíble, para ahogarle el grito a Borja, para volver a ser un fantasma para los colombianos.

Gana, ilusiona y sabe aguantar

El segundo tiempo fue distinto. Porque la Selección intentó lo mismo, pero el rival se dio cuenta que debía despertarse, que el Mundial cada vez el queda más lejos. Entonces, se hizo un partido más de ida y vuelta, y fue el momento donde Argentina no pudo tener el control del partido.

Tampoco es que sufrió tanto, pero no tuvo el monopolio de la pelota, dividió más las acciones y, entonces, se retrasó bastante en el campo, porque el rival empezó a tirar delanteros a la cancha, para intentar ese punto que tanto necesitaba. Y si bien estuvo más cerca la Selección del segundo que Colombia del 1-1, cuando el cabezazo de Tesillo besó el travesaño se paralizaron los corazones de los hinchas que coparon el Kempes.

En el descuento, Dybala estuvo cerca de escribir el final perfecto, pero su tiro libre se fue apenas por arriba del travesaño. Pero nada opacó un nuevo triunfo porque la química que hay entre la Scaloneta y los hinchas parece ser para siempre, después del Maracanazo. Entonces, la fiesta fue completa, con los jugadores ofreciéndole la Copa América a la gente, mientras que sonaba la mejor de las melodías, "el dale campeón, dale campeón".

En el año mundialista, el comienzo no pudo ser mejor: ganándole a Chile, en Calama, y el triunfo ante Colombia, justo dos rivales que no son clásicos, pero con los que hay una pica. Y ambos quedaron complicados de cara a Qatar, mientras que la Selección -cada vez más firme- ya hace planes para mirar con tranquilidad el sorteo.