Los hinchas de Boca, después de lo que fue la derrota frente a River, anoche volvieron a conquistar una nueva copa, devolviéndoles la posibilidad de soñar y festejar a sus simpatizantes. En Monte Quemado, festejó ruidosamente Santi Costas, fanático y fiel hincha del “Xeneize”.

El primer tiempo en Mendoza fue el típico de una final entre equipos argentinos: aguerrido, trabado en el mediocampo y con pocas llegadas claras de gol. Boca Juniors y Rosario Central metieron más de lo que jugaron y se disputaron el balón lejos de los arcos.

El conjunto “Xeneize” comenzó mejor parado, pero luego el “Canalla” igualó los tantos. Con Mauro Zárate, Bebelo Reynoso y Sebastián Villa, los de La Ribera generaron peligro, pero los defensores de la “Academia Rosarina” supieron controlarlos. Con “Fito” Rinaudo como dueño de la mitad de la cancha, los dirigidos por Diego Cocca pisaron fuerte en esa zona del terreno para entregarle limpia la pelota al joven Lovera.

Una de las más claras fue para Central, que a los 20 minutos tuvo el gol en los pies de Villagra, pero apareció, una vez más, Esteban Andrada, quien desvió la pelota al córner. Boca recién respondió a los 32’ pero Sebastián Villa falló en los últimos metros y no concretó. El marcador no se movió durante los 45’ iniciales y ambos equipos se fueron al descanso con el marcador igualado en cero.

En el complemento, el desarrollo del partido no varió demasiado, pero Boca mereció mejor suerte que Central. Gustavo Alfaro movió el banco y algunos de sus jugadores reaccionaron dentro del campo de juego.

Con Nahitán Nández y Villa en buen nivel, el “Xeneize” comenzó a generarle peligro a Jeremías Ledesma, el guardameta de Rosario. Sin embargo, la fortuna estuvo del lado del campeón de la Copa Argentina: palos, travesaños, malas definiciones y despejes evitaron que Boca se ponga en ventaja durante el tiempo regular.

La polémica se desató a los 39 minutos, cuando Cristian Pavón remató de zurda dentro del área, la pelota pegó en el travesaño y picó dentro del arco, pero Fernando Rapallini omitió el gol. Los jueces de línea y el cuarto árbitro tampoco advirtieron al juez principal del cotejo. A partir de allí, el tanteador no se movió y el 0-0 se clavó a los 94 minutos. Los penales, grandes protagonistas de la noche mendocina y la suerte fue para los boquenses, 6 a 5.