Mi madre ha superado una seria enfermedad y estaba feliz, pero desgraciadamente, por la falta de amabilidad de algunas personas y por los insultos que yo y mi equipo hemos recibido, de ninguna manera merecidos, su enfermedad ha empeorado. Esto me ha puesto en una posición difícil en la cual tengo que elegir entre una cosa y la otra, y elijo a mi madre. De esta manera, con esas frases tan sentidas, Sardar Azmoun explicó por qué decidió renunciar a la Selección de Irán, con apenas 23 años, causando un gran asombro en este rincón asiático que quedó eliminado en la primera ronda del Mundial, luego de compartir grupo con España (perdió), Portugal (empató) y Marruecos (le ganó).

La noticia revolucionó el fútbol iraní. No es para menos. Azmoun no sólo es considerado la gran figura del país, sino que además sigue siendo una gran promesa. De hecho, no fueron pocos los medios de comunicación que lo apodaron el “Messi iraní”, tras el golazo que le convirtió con FC Rostov a Bayern Munich en la Champions League, dejando en el piso a Jerome Boateng, copiando así la obra de arte que creó el 10 argentino en el mismo certamen, contra el mismo rival y la misma víctima.

El actual delantero de Rubin Kazán llegó a esta Copa del Mundo con una cifra estelar: 23 goles en 36 partidos con su Selección, siendo el máximo goleador en la fase de clasificación. Jugar en el combinado nacional ha sido un gran honor para mí y estaré orgulloso de ello hasta el final de mis días. Desgraciadamente he tenido que tomar la decisión de decir adiós a la Selección. Es una de las más dolorosas y significativas decisiones para un joven de 23 años, que ha enfrentado muchos malos momentos para llegar aquí”, agregó el propio protagonista.

Así como Azmoun imitó en 2016 el juego de Messi, con su renuncia parece imitar a otro crack argentino: Juan Román Riquelme, quien, en 2006, tras el Mundial de Alemania, renunció también a su Selección. Así lo había argumentado aquella vez el ídolo de Boca“Renuncio a la Selección porque mi madre no soporta las críticas”.