En los departamentos Copo, Alberdi y Pellegrini, los datos aportados por la Fiscalías respecto a los delitos sexuales son contundentes. El número de procedimientos abiertos a menores por agresiones de este tipo ascendió los dos últimos años.
Una inquietante realidad que hace que nos preguntemos en qué nos estamos equivocando y de qué formas podríamos reconducir esta deriva. Pero, mientras eso ocurre, los padres necesitamos mantenernos informados y saber cómo actuar ante cualquier situación de vulnerabilidad que afecte a nuestros hijos.
Para conseguir ambos propósitos, hemos recurrido a una de las especialistas con más experiencia, a nivel nacional, tanto en la prevención de los delitos sexuales en menores como en la rehabilitación de quienes los sufren. La psicóloga Margarita García Marqués, fundadora de la Asociación para la Sanación y Prevención de los Abusos Sexuales en la Infancia (ASPASI), nos contará qué podemos hacer para mejorar las cosas y nos indicará los pasos que, en caso de detectar cualquier conducta sospechosa, deberíamos seguir.
Con este aterrador panorama social que empeora por momentos, se plantea la necesidad de pasar a la acción. Pero, ¿qué se puede hacer para minimizar estos crueles comportamientos? Desde su dilatada trayectoria como psicóloga clínica especializada en comunicación, autoestima, infancia y abuso sexual infantil, Margarita García Marqués nos desvela las principales claves.
Ante nuestras preguntas sobre qué seguimos haciendo mal y de qué maneras podríamos mejorar la situación, Margarita no tiene dudas. “Lo que está claro que estamos haciendo mal es no trabajar con la prevención y detección precoz. Si enseñáramos a los niños, desde los 3 o 4 años a respetar su cuerpo, a reconocerse, a validarse, a poner límites, a decir que no y a que sean conscientes de sus derechos, probablemente, cuando lleguen a los 14, van a ser capaces de hacerlo.
Nos equivocamos al querer resolver las cosas cuando el problema ya es grave, en vez de trabajar antes de que ocurra. Muchos de los abusos se producen entre los mismos adolescentes. Si, desde pequeños, van aprendiendo también a respetar los límites del otro, es muy probable que no se conviertan en abusadores o agresores”.
Tras el diagnóstico de la Fiscalía General del Estado, que relaciona el aumento de las agresiones en grupo entre menores con la pornografía online que cosifica a la mujer, manifiesta que, efectivamente, «una parte importante sí viene causada por este factor». Además, nos cuenta que, en uno de los talleres que organiza ASPASI, los propios niños le enseñaron cómo buscarla, utilizando palabras que ni siquiera tienen mucho que ver, en un principio, con dicha temática.
«Incluso haciendo trabajos en Internet, se pueden topar fácilmente con este tipo de contenidos. Todo esto hace que se sexualicen mucho antes y que, en algunas ocasiones (según casos que ella misma ha tratado), quieran entrar en ese juego. Por tanto, sí, el fenómeno está relacionado con la pornografía. Pero, insisto, la más importante tiene que ver con la prevención. Si tenemos en casa una educación sexual sana, si lo trabajamos en los colegios, es muy probable que los niños no caigan en tales comportamientos”.
Por último, poniéndonos en la situación de unos padres que sospechan de un caso de abuso hacia su hijo, Margarita García Marqués nos indica el procedimiento que deberíamos seguir. “La denuncia, sin duda, es uno de los pasos para que esto deje de ocurrir. Pero, para mí, ni siquiera es el primero. Vuelvo otra vez a la prevención. Por ejemplo, me he encontrado con casos de varias adolescentes que piensan que lo normal es hacer lo que el chico quiera, tras ver vídeos en los que un hombre abusa de una mujer.
Cuando el delito ya ha ocurrido, es importante trabajar con ese niño, acudiendo a un psicólogo especializado en abusos, y que este pueda ayudarlo. Primero, a sacar todo el dolor, la rabia, la indefensión y la impotencia. Y, a partir de ahí, se podrá volver a fomentar su autoestima y su confianza en sí mismo, así como a enseñarlo a respetarse y a reconocer los límites. Trabajar psicológicamente es muy importante”