En el mundo en el que vivimos hoy, el celular es un objeto imprescindible en la vida de todos nosotros. Es una extensión de nuestra mano, un control remoto que nos informa y nos entretiene. 

Pero es importante que lo ignoremos a la hora de subir al auto y tomar el volante, ya que un minuto de distracción, es un minuto que puede desencadenar en un incidente de tránsito, o en la pérdida de nuestra vida o la de terceros.

El teléfono repercute en nuestra capacidad de concentración, atención y reacción.

Los seis segundos que tardamos en hablar por celular o escribir un mensaje de WhatsApp, a una velocidad de 100 km/h, implica recorrer una distancia de 166 metros, luego de reaccionar y frenar.

La utilización de estos elementos destructivos requiere de un mayor esfuerzo mental y por ende, disminuye la atención que ponemos para conducir el vehículo de la manera adecuada.

Debemos hacer un uso solidario del espacio público. Por eso, a la hora de manejar, conectemos con lo que estamos haciendo. Cuidemos nuestra vida y la de los demás.