El abigeato es una epidemia que no acaba. De forma recurrente, los productores se encuentran con su ganado faenado o mutilado o arriba del  tráiler de los cuatreros y aseguran que la justicia ni la policía muestran  en los departamentos Copo y Alberdi una actitud de combatir el cuatrerismo.

El abigeato pareciera que vino para instalarse en todo el departamento Copo y Alberdi, La situación por la que atraviesan los pequeños productores los desalienta por la falta de respuesta de la justicia y que pareciera  debido a la cuarentena y el avance del COVID-19,   se acentúe el cuatrerismo en varias zonas de la región. Por lo cual, el hurto del ganado  a cualquier productor le significa una  importante  pérdida económica.

Es así que se calcula que por cada animal carneado, el productor pierde como mínimo unos  20.00 mil pesos. El valor dependerá de la cantidad de animales faenados, ya que si se trata de un ternero el monto será más bajo, pero si es más grande la pérdida puede ascender entre 25 mil y 30 mil pesos por animal. Esto preocupa a quienes se dedican a la actividad.

Hechos similares se repiten incluso, semanas atrás en cercanías de Monte Quemado  fueron sorprendido  cuatreros, movilizándose en una camioneta tirando un tráiler cargado con tres animales  vacunos.  En su momento, el productor afectado dijo a los medios  que “nunca tuvimos que vivir una situación así. En esta zona no se vivió un hecho de estas características” Hubo productores que encontraron su vacunos en el corral del matadero y esto  dan mucha indignación que hagan esta barbaridad, son gente conocida, vivimos en el mismo pueblo y nos roban.

Panorama en Copo

Un panorama sobre la situación  brindó el productor  Carlos Frías, quien dijo que “el abigeato está golpeando varias zonas,  es un problema que sigue latente y que lamentablemente no vemos en la policía una intención de atacar este mal  y Detalló que en la zona se dan algunos casos  en los que el  productor sorprendió a los cuatreros faenando sus vacunos a quienes con nombre y apellido los denunciaron y la policía nunca fue a ver si era cierto, y a la osamenta la terminaron comiendo los perros.

Para finalmente Frías terminar diciendo: “Es desesperante  los productores ya no denunciamos, porque es una pérdida de tiempo  nunca se ocupan de investigar  y esto nos desalienta y por no desgraciarnos,  hay ganas de abandonar la actividad”.