“Le estoy pidiendo por favor, usted es profesora y está cometiendo un delito”, le dijo, de manera muy respetuosa, el gobernador Gerardo Zamora a la profesora que encabezaba el corte de la ruta.

La docente estaba impidiendo el ingreso de los funcionarios y los cinco médicos enviados desde el Ministerio de Salud para cumplir servicio en el hospital del Norte Grande de la ciudad de Monte Quemado.

En efecto, el incidente que amenazó oscurecer la brillante pacífica e histórica movilización del pueblo copeño, pidiendo por mejor atención de la salud, luego de que se conociera la decisión del gobernador de enviar los refuerzos para el centro salud de Monte Quemado.

Ayer, una profesora, con un grupo reducido de personas, que se encontraban cortando la ruta 92 impidió el ingreso a la ciudad de funcionarios del Ministerio y de los cinco primeros médicos designados para cumplir servicios. Tuvieron más de tres horas esperando en el lugar.

El hecho al que desde la lógica no se le encuentra repuesta, tienen como protagonista a una profesora y a un grupo de personas que se oponían al ingreso de los funcionarios del Ministerio de Salud, algo contradictorio, ya que el pueblo pedía médicos, y cuando los enviaron, este grupo de personas no los dejaban ingresar a la ciudad.

“Los profesores deben ser conscientes de que dentro de su comunidad son personajes públicos”.

“A un profesor se le debe juzgar por la labor que hace en el centro educativo donde presta servicio siempre y cuando, obviamente, no cometa actitudes reñidas, con las buenas costumbres, la ética, la moral y que no constituyan un mensaje delictivo, por ejemplo, realizar comentarios xenófobos. O incitar a impedir la libre circulación de las personas por un camino público.

El rastro que deja la huella digital de los docentes es profundo: Es lo que quiso advertir el gobernador de la provincia, Gerardo Zamora en la conferencia telefónica con la profesora Ramona Luna, quien desde una falsa posición de víctima cargó en las redes sociales parte del contenido de una conferencia privada que mantuvo con el primer mandatario provincial.

En el audio está claro, el primer mandatario provincial le recordó que impedir el paso de los funcionarios y los médicos destinados al hospital de Monte Quemado, constituye un delito y que en su condición de profesora debía evitarlo. Varias veces le pidió: “Usted es profesora y está cometiendo un delito”, le suplicó que por favor intercediera ante los manifestantes, que ella lideraba, para que dejaran pasar a los funcionarios de Ministerios de Salud  y a los médicos designados.

Hay que advertir que el audio cargado en la red social presentaría alteración de contenido.

No fue una conversación privada entre Ramona Luna y Gerardo Zamora, fue una conferencia entre la profesora y el gobernador, funcionario con la autoridad de corregir y hasta de sancionar si fuera necesario, pero a pesar de su cargo, se lo pidió con educación.   

En las redes sociales no hay privacidad para nadie. Pero algunas personas tienen que ir con mucho más cuidado que otras a la hora de plasmar su mensaje. Sin duda se trató de utilizar las redes sociales para convertir a la profesora en víctima, mediante la generación distorsionada de un mensaje de interpretación capcioso, que no tuvo efecto, pero que molestó a los vecinos que la califican de fallida maniobra política, tendiente a devaluar la rápida y efectiva respuesta del gobierno al pueblo de Monte Quemado.