El Dr. Enrique Gil, propietario de las clínicas Sor Ángela (Quimilí) y María de la Purísima (Añatuya), puso de manifiesto su preocupación por la “decisión arbitraria” del PAMI que dispuso eliminar a más de 800 afiliados de la lista de pacientes que recibían servicios en ambos establecimientos.

La medida  -según afirmó- fue adoptada sin la correspondiente notificación a los prestadores como tampoco a los pacientes, quienes ahora deberán hacer el pedido formal ante la obra social para que sean reingresados en el sistema de ambos centros de salud y, según se comenta, no podrán volver al menos por 6 meses.

“En los últimos días tomamos conocimiento accidentalmente, a través del listado de pacientes, que en las clínicas de ambas ciudades habían sido eliminados entre 800 y 900 afiliados de nuestro padrón PAMI, quienes nos habían elegido como prestadores. Correspondía que se comunique formalmente a las dos clínicas y también a los afiliados sobre esta decisión tomada de manera arbitraria porque no se informó previamente ni se consultó a los afiliados”, dijo Gil.

Explicó además que PAMI tiene un sistema que le ofrece al afiliado la posibilidad de elegir en qué clínica quiere ser atendido, como también qué médico de cabecera lo atenderá.

“Ahora nos pasa esto y nuestra preocupación es que, en plena pandemia, muchos abuelos van a requerir de nuestros servicios en las clínicas sin saber que fueron excluidos de nuestras listas de pacientes. Nosotros estamos impedidos para atenderlos, no porque no quisiéramos sino porque el PAMI los ha privado de nuestra atención y lo más increíble es que no hay motivo alguno para tal medida. Esto teniendo en cuenta que contamos con las clínicas mejores preparadas de la zona noreste de la provincia. Realizamos prestaciones de manera exclusiva gracias a una fuerte inversión, como cirugía laparoscopica, arco en C, ecodoppler, tomografía computada, colocación de marcapasos, y muchos más. Y contamos con el único resonador magnético de la provincia en un sanatorio polivalente”, comentó.

“Además, inauguramos hace menos de un año la terapia intensiva más moderna y grande de la zona, equipadas con camas eléctricas, bombas de infusión, monitoreo permanente central, gases medicinales central, siendo también los únicos que contamos con esta complejidad. A esto se acompañó con la incorporación de profesionales, tanto médicos como de enfermería, calificados para la tarea. Todo esto es gracias a un arduo trabajo y fuertes inversiones en salud.  Antes los pacientes, por muchos de estos servicios, debían viajar 400km a Santiago Capital, con todo lo que esto acarrea. Ahora no sé cómo harán”, explicó.

Se lamentó también porque “esto no es la primera vez que ocurre, porque pasó reiteradamente a lo largo de mucho tiempo. De hecho, en febrero de este año, siendo el primer mes de la nueva gestión, se intentó hacer lo mismo, lo cual pudimos revertir sobre la hora. Posteriormente, pedimos explicaciones a quien debe darlas, y manifestó en todo momento no tener influencia ni información sobre lo ocurrido. Luego se dieron, falazmente, motivos tirados de los pelos que no resisten ni siquiera las propias auditorias con las que contamos. Por eso, nos llama poderosamente la atención todo”.

En ese caso explicó que aquellos que fueron apartados de la lista de pacientes de ambos sanatorios pueden concurrir y consultar por la plataforma virtual de PAMI o bien con los centros de jubilados. También está disponible el Pami Escucha (139) por donde puede consultar si siguen perteneciendo a alguna de las dos clínicas.

“Apenas pasaron algunas horas y ya recibimos pedidos de auxilio de afiliados que han ido al Pami para pedir que los reintegren a la lista de pacientes de nuestras dos clínicas”, explicó.

Si bien el Dr. Gil no dio precisiones, puso bajo sospecha el trasfondo de esta medida que pone en peligro las fuentes de trabajo de enfermeros, médicos y otros empleados de ambos centros de salud.

Según manifestó, esta situación resulta más grave en este tiempo de pandemia, porque “desde que apareció el covid-19 se tomaron las medidas recomendadas por las autoridades provinciales y nacionales, las cuales fueron ejemplares y hoy nos pone a los santiagueños en una situación de privilegio, prácticamente sin casos positivos dentro de la provincia”. Se comprobó que todo el personal de ambas clínicas, trabajaron activamente, no solo en las instituciones privadas, sino también en los Comités de Emergencia de las respectivas ciudades, en el marco del Covid-19.

En el caso de Añatuya, dijo que recibió el apoyo del profesionales autónomos, quienes agradecieron a los dueños la inversión realizada en la ciudad en beneficio de toda la comunidad, como del actual intendente “Pocho” Ibañez, quien se mostró preocupado por la situación en que quedó tanta gente, trabajadores, afiliados, profesionales.

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Dr. Enrique Gil.

“Hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance –insistió Gil- hemos concurrido a las delegaciones del PAMI de ambas ciudades, hemos elevado nota a las autoridades nacionales y provinciales del PAMI, hemos intentado en vano dialogar con el delegado provincial y no hemos podido hablar”, agregó.

“Somos una empresa familiar que apuesta al servicio de la salud hace más de 25 años. Es nuestro único objetivo, hacer salud. Pero sinceramente esto se nos escapa de las manos”, destacó.

“El PAMI es de los afiliados. Está en manos de ellos que esta situación se revierta. Porque esto afecta a la salud privada, pero también a la salud pública, porque con los ingresos que tenemos pagamos empleados, profesionales, insumos y servicios. Son fuentes de trabajo que están en peligro”, agregó.