Desde que se decretó la cuarentena surgieron muchas dudas sobre el alcance de la misma y qué cosas estaban permitidas hacer. Uno de los puntos más importantes es sin duda la circulación. En algunos distritos se labraron multas; en otros, se procedió a la detención de quiénes no contaban con el permiso.

En la ciudad de Monte Quemado, en lo que respecta a la seguridad hay contradicciones en el accionar de la policía. Las tareas de control se han convertido en abusos de poder y represión como herramienta disciplinaria. El “Quédate en casa” no contempla la realidad de los sectores más vulnerables, de los trabajadores que vemos cargar los palos en los acoplados, de los que son jornalizados y, que en muchos casos, viven del día a día.

Trabajadores que, seguramente cuando se levantan por las mañanas lo primero que piensan es que tienen que llevar la comida a sus hogares y salen a buscarla, exponiéndose al contagio del Covid-19. Debe ser desesperante para esos hombres, muchos padres de familias, atravesar esta situación. No pueden movilizarse porque están atados por la cuarentena, obligados a recluirse, pero saben que tienen que alimentarse, de algo tienen que vivir.

También están los jóvenes que no le temen a la muerte de sí mismo, ni la de sus seres queridos. Salen a la calle y hacen fiesta como las que sucedieron días atrás, donde la policía tuvo que actuar, pero esa actuación no fue siempre en el marco del cumplimiento estricto de la ley, sino que muchos de esos procedimiento estaban enmarcados en la bronca, en el odio, en algo que nunca debe prevalecer en las fuerzas de seguridad, en un hombre formado porque es lo que lo lleva a incumplir y lo convierte en abuso de poder.  No interpretan la tarea que se les ha concedido, haciendo cumplir lo que la ley impone y no lo que las fuerzas de seguridad  dicen. Conozco caso y por eso lo digo y puedo probarlo.

Familias que se encontraban tomando mate dentro de sus hogares, fueron irrumpidos por las fuerzas de seguridad, quienes ingresaron de forma violenta y sin autorización judicial. Hay que tener claro que la policía no puede ingresar a un hogar si no está debidamente autorizado por el juez natural y con causa debidamente justificada, o en su caso por el fiscal que en esta emergencia está oficiando también de juez y lo hace de manera legal.

También tenemos entendido que en Monte Quemado hubo y está habiendo excesos, esta palabra no es para quitarle el derecho a la policía de cuidarnos y poner orden. Y poner orden en cuarentena es imponiendo a través de la ley, la persuasión. Persuadir, palabra tan importante para gobernar y para cumplir la función pública. La palabra persuadir nos va a ahorrar muchos excesos, va hacer desaparecer los abusos. Va a hacer comprender lo que es una cuarentena, de que la presencia de cualquier ciudadano en la calle, en una época de restricción, significa el peligro de toda una comunidad.

A la gente hay que explicarle bien, que no solo está en peligro su vida sino la de los demás, y que si no cuida su vida, la ley le está imponiendo que cuide la del otro. Por eso digo, creo que tenemos 10 días o un poco más de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio. En el tiempo que queda, ojalá veamos las calles vacías y que cuando alguien salga sea por extrema necesidad. Pero también sé que en los hogares humildes se hace difícil, hay que salir a buscar el pan y la desesperación hace que tengan que salir y se encuentran con un policía que no entiende su lenguaje de convivencia, pero sobre todo no entiende el lenguaje de la necesidad.