En oportunidades, muchas personas son sorprendidas por  quienes en la vía pública padecen ataques de epilepsia y cuando se precipitan estos síntomas no sabemos cómo auxiliar.

Por tal motivo, El Municipal Web consultó a un neurólogo por recomendaciones para saber cómo actuar cuando una persona sufre un ataque  y cuando no se tiene la certeza de que se trate de alguien que fue diagnosticado con esa enfermedad.

En oportunidad, el  Dr. Miguel Ángel Campuzano explicó que “la epilepsia es un trastorno provocado por el aumento de la actividad eléctrica de las neuronas en alguna zona del cerebro. La persona afectada puede sufrir una serie de convulsiones o movimientos corporales incontrolados de forma repetitiva. Para considerar epiléptico a alguien, esos ataques deben repetirse con cierta frecuencia”.

“Hablamos de un ‘ataque de convulsión’ cuando a la persona le sale espuma por la boca, por ejemplo; y nos referimos a una ‘crisis’ si es un episodio donde suceden hechos menos graves, como pequeñas roturas de contacto con el medio o pequeños automatismos en alguna mano. Pero esos términos pueden utilizarse como sinónimos”, detalló Campuzano a este diario.

“Las crisis que ocurren en la vía pública llaman la atención, porque son convulsiones donde existe una manifestación motora que asusta: hay ruptura de contacto, la persona se cae al suelo, se pone dura y se comienza a mover. En la evolución del síntoma, la convulsión se autolimita antes de los cinco minutos. En ese lapso, uno tiene que procurar que el paciente no se lastime. Si se cae, hay que acompañarlo, contenerlo, dejarlo ahí y alejar las cosas que lo pueden golpear. Además, si tiene cinturón o cadenas, hay que sacárselas, para que no se estrangule el abdomen o la cavidad cervical. Luego, conviene dejar que la convulsión termine y luego poner al enfermo sobre un costado, porque es posible que se produzca nuevamente”, indicó el profesional.