El consumo de sustancias adictivas representa un problema de destacada importancia en el área de Salud Pública y en la comunidad científica. En ese marco, se plantea el debate sobre si las mujeres que consumen drogas de abuso deben o no amamantar a su bebé. Al respecto, un equipo de investigación de la UNSE analiza el impacto de las drogas transmitidas a través de la leche materna.

La Dra. Amparo Assis, docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Médicas (FCM) de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE), lleva adelante el trabajo de investigación “sistema inmune y desde este al sistema nervioso, asimismo requiere de la presencia de moléculas de comunicación que sean reconocidas en ambos sistemas”.

Es común escuchar el término “bebés crack”, denominación que reciben los nacidos de madres adictas y que en muchas oportunidades han sido declarados como generación perdida. Muchas fueron las conclusiones que se pronosticaron, entre las que se destacó la supuesta disminución en la inteligencia y en habilidades sociales, lo que al tiempo se descartó, reporta Nuevo Diario.

Sin embargo, a pesar de que a la mayoría parece no haberle afectado la adicción de sus progenitoras, es necesario estudiar el efecto que produce en el desarrollo de estos niños y sus consecuencias a largo plazo.

El uso de tecnologías avanzadas permitió a los científicos estudiar la incidencia de la cocaína en el feto durante el período de desarrollo. Según los especialistas, en esta etapa se pueden producir cambios pequeños, pero muy importantes en algunos de estos niños, que pueden afectar el rendimiento cognitivo, el procesamiento de información y en la atención a sus tareas, explica el sitio Argentina investiga.

En este trabajo, Assis analiza la influencia de la cocaína en el sistema inmune, donde se propone informar sobre la consecuencia de los psicofármacos en el embarazo.

“En este estudio hemos decidido evaluar y comprobar, de darse así los resultados, si la lactancia materna, que es clave para el desarrollo óptimo del sistema inmune, puede influir (protegiendo) a largo plazo en la vulnerabilidad a la adicción del lactante”, indicó la investigadora.

“Para saber cómo ocurre el efecto en los lactantes, dividimos en dos etapas la investigación: se estudia cómo el sistema inmune puede modular al sistema nervioso e influir en la adicción a la cocaína (inicialmente) y después, si se comprueba que efectivamente influye, ver si la lactancia materna, que es clave para el desarrollo óptimo de este sistema, puede influir (protegiendo) a largo plazo en la vulnerabilidad a la drogodependencia.

“Se trabaja con un modelo animal (en rata) con una técnica que se llama autoadministración endovenosa de la droga. Esto permite que al animal solo se le administre la cocaína, es decir, la busque y se la 'inyecte' mediante la presión de una palanca que activa un mecanismo y hace que la droga entre por un catéter que tiene implantado en una vena”, explicó.

Este modelo es lo más parecido que hay a la adicción en humanos, ya que no se le da la droga al animal de modo pasivo, sino que él la busca y él regula la dosis que se inyecta.

Esta técnica permite obtener resultados más certeros, es decir, son más predictivas” (es decir, más cercanas a lo que puede pasar en el humano) que con otros modelos pasivos.

La Dra. Assis indica que también es una técnica muy útil para evaluar la recaída en el consumo: “Se deja al animal un tiempo libre de droga y después se lo enfrenta a diferentes situaciones que pueden desencadenar una recaída, donde uno puede observar que el mismo animal vuelve a buscar presionar esa palanca para recibir la droga”.

Recaída

“De esta manera, se puede analizar el componente cognitivo, o sea, la voluntad de elegir la sustancia y ser fuerte frente a un cuadro como es la recaída. La reincidencia en el consumo a nivel humano es muy alta, ya que según estudios, el 30% que ha consumido cocaína es prácticamente seguro que recaerá”.

“El llamado consumo social de la droga puede pasarse después a un abuso, y en el momento en que se pierde el control del consumo se transforma en adicción, que produce daños, en muchos casos irreversibles”, explicó.