"En una guerra nuclear no puede haber ganadores y no debe librarse nunca". A esa conclusión llegaron en enero pasado los cinco países que tienen un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU: Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido y Francia.

Y firmaron una declaración conjunta comprometiéndose a cumplir los acuerdos en materia de no proliferación nuclear, desarme y control de armamentos. Sin embargo, el avance de tropas rusas sobre territorio ucraniano -en lo que configura el mayor enfrentamiento bélico entre fuerzas regulares de dos naciones- vuelve a agitar el fantasma del uso de armas de destrucción masiva.

"Dado que el uso de las armas nucleares tendrá consecuencias de largo alcance, también confirmamos que las armas nucleares -mientras existan- deben cumplir con los objetivos de la defensa, la disuasión de la agresión y la prevención de guerras. Creemos que una mayor propagación de este tipo de armas debe evitarse ", agregaba la declaración de las cinco potencias que integran el Consejo de Seguridad de la ONU.

Según este organismo internacional, en el mundo existen todavía alrededor de 13.080 armas nucleares. Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), hay más: unas 14.465. Estas armas de destrucción masiva están en mano de un puñado de países. A las ya mencionadas que integran el Consejo de Seguridad de la ONU se suman India, Pakistán, Israel y Corea del Norte. Pero solo dos países concentran cerca del 92% de este tipo de armamento que existe en el mundo: Rusia y EE.UU.

Si bien en el conflicto que en estos momentos se desarrolla en el este de Europa (que viene de larga data) no hubo despliegue de armamento nuclear, el hecho de que se trate de una guerra convencional y que la invasión a Ucrania por parte de Rusia represente la crisis más importante en materia de seguridad europea desde el fin de la Guerra Fría, alimenta los temores por el posible uso de armamento de destrucción masiva.

¿Fue, acaso, el compromiso de los cinco países que integran en forma permanente el Consejo de Seguridad de la ONU, un mensaje para tranquilizar al mundo? La declaración conjunta tuvo lugar el 3 de enero pasado, poco después, el 21 de febrero, Rusia reconoció oficialmente como estados independientes a las regiones separatistas en el este de Ucrania, la República Popular

de Donetsk y la República Popular de Lugansk. El 24 de febrero iniciaba una "operación militar especial" en el Donbass y lanzaba una invasión en Ucrania.

La idea de que nadie puede ganar una guerra a través del uso de armas de destrucción masiva y de que la posesión de las mismas tiene solamente un valor disuasivo y defensivo, tal como suscribieron los representantes de Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido y Francia en el Consejo de Seguridad de la ONU es, por cierto, un gran avance en un mundo tan inestable; como también fue un progreso en 1994 el acuerdo entre Occidente y Rusia para el desmantelamiento total de las ojivas nucleares soviéticas que estaban en Ucrania.

En esa oportunidad, el pacto entre Moscú y Washington, que sumó la participación de Gran Bretaña y Ucrania, devolvió las esperanzas a un mundo que aún lleva en la memoria la tragedia provocada por la primera bomba atómica que Estados Unidos lanzó sobre Hiroshima en agosto de 1945.

Ya en diciembre pasado, el secretario general de la ONU, António Guterres, había observado que el almacenamiento de armas nucleares en arsenales de todo el mundo es una verdadera espada de Damocles que amenaza a la humanidad. "Bastaría un malentendido o un error de apreciación para provocar no solo el sufrimiento y la muerte a una escala espantosa, sino también el fin de toda vida sobre la Tierra", alertó.

Las armas nucleares, mientras existan, serán la mayor amenaza sobre la humanidad, ya que la enorme capacidad destructiva de una sola de ellas es suficiente para matar a cientos de miles de personas y devastar ecosistemas, economías, regiones agrícolas y establecimientos sanitarios en pocos minutos. Así lo advirtieron representantes de las distintas naciones que participaron de la Conferencia de Desarme que se realizó en Ginebra en febrero de 2018.

Es de esperar que se ponga fin a la guerra en Ucrania y que las potencias nucleares se comprometan a cumplir con los programas de desarme que, sin dudas, son el mejor camino para evitar la destrucción del planeta.