Los primeros cientos de millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 podrían estar disponibles hacia finales de año para ser aplicados a las personas más vulnerables, dijo el jueves la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La agencia de la ONU indicó que se está trabajando en esa perspectiva, con miras a lograr 2.000 millones de dosis para el fin de 2021, pues se está dando una carrera contrarreloj de firmas farmacéuticas para encontrar la vacuna.

“Estamos trabajando con la perspectiva de que tendremos un par de cientos de millones de dosis para fin de año, si somos muy optimistas”, dijo la jefe científica de la OMS, Soumya Swaminathan.

"Esperamos que para fines de 2021 tendremos 2.000 millones de dosis de una a tres vacunas efectivas para distribuir en el mundo", afirmó, aunque subrayó que es una probabilidad, pues hasta ahora no hay ninguna vacuna probada.

Los investigadores están trabajando en más de 200 posibles vacunas en el mundo, diez de las cuales están ya en proceso clínico de prueba entre humanos.

“Si tienen suerte, habrá una o dos posibles candidatas a vacunas para fin de año”, indicó en conferencia de prensa telemática.

La prioridad serán los que están en primera línea de riesgo, como médicos y policías, así como los más vulnerables a la enfermedad, que son ancianos y diabéticos, a lo que se añade las personas expuestas en zonas de alta transmisión como barrios marginales.

"Hay que comenzar con los más vulnerables y luego vacunar de manera progresiva a más gente", dijo Swaminathan.

A fines de mayo, los jefes de la industria farmacéutica expresaron que creen en la posibilidad de una vacuna antes de 2021, pero subrayaron que el desafío es enorme, pues el mundo requeriría dos dosis de vacuna por persona, o sea 15.000 millones de vacunas, según cálculos.

Por otra parte, OMS celebró el pasado martes el anuncio de investigadores británicos sobre la conclusión de que la dexametasona -un medicamento de la familia de los esteroides- reduce significativamente la mortalidad en los pacientes graves de covid-19.

“Es el primer tratamiento comprobado que reduce la mortalidad en los pacientes enfermos de covid-19 bajo asistencia de oxígeno o respirador”, expresó al respecto el director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un comunicado.

“Es una buena noticia y felicito al gobierno británico, la universidad de Oxford y a los numerosos hospitales y pacientes en el Reino unido que han contribuido a este avance científico que salva vidas”, añadió.

En concreto, el estudio determinó que el tratamiento, a base de dosis bajas de este medicamento, logró reducir a un tercio las muertes de aquellos pacientes que se encontraban conectados a respiradores artificiales, y en un quinto las de quienes necesitaban oxígeno pero no habían llegado a esa situación crítica.

Para aquellos pacientes conectados a respiradores mecánicos, la Dexametasona redujo el riesgo de muerte de un 40 a un 28%, al tiempo que en el caso de los enfermos que precisaron de oxígeno, el tratamiento redujo el riesgo mortal de un 25 a un 20 %. El estudio no pareció ayudar a aquellos que presentaron síntomas leves y no necesitaron ayuda externa para respirar.

Fuente: Infobae