Debilitado pero peligroso, el huracán Dorian hizo lo que se temía: tocó tierra en Carolina del Norte. El ciclón de categoría 1 y vientos de 145 km por hora, aterrizó en las Islas Hatteras a media mañana del viernes.

Las calles quedaron rápidamente bajo el agua tanto en las islas Hatteras como en las Ocracoke, según imágenes del temporal suministradas por el Departamento de Transporte de Carolina del Norte.

El huracán llegó con poderosas ráfagas, lluvias torrenciales y pequeños tornados, lo que provocó el corte de energía e inundaciones, cuenta Clarín.

El ojo del huracán tocó tierra en Cabo Hatteras, en la primera parada que hace en Estados Unidos, después de recorrer la costa este y devastar las Bahamas a principios de esta semana.

"Es malo ", dijo por teléfono Ann Warner, propietaria del pub Howard’s Pub en la isla Ocracoke. "El agua subió hasta la planta baja, que nunca se había inundado". Dijo que una claraboya salió volando y que la espuma de las olas atravesaba el patio delantero y pasaba por debajo de su casa elevada.

"Estamos a salvo", agregó Warner. "Pero es un desastre".

Otro residente de la isla Ocracoke, la propietaria de la librería Leslie Lanier, dijo por mensaje de texto que los primeros pisos de algunas casas se habían inundado y que la gente se había visto obligada a retirarse a los altillos, pero que el agua ya había comenzado a caer.

"Estamos inundados como locos", dijo, y agregó: "He estado aquí 32 años y nunca vi esto".

La Oficina del Sheriff del Condado de Hyde dijo que agentes, médicos y otros rescatistas se dirigían a la isla en medio de informes de "inundaciones catastróficas".