La hermana Martha Pelloni, Carmelita Misionera Teresiana, escribió un contundente mensaje sobre el caso “Marito” Salto, renovando así el pedido de justicia que viene llevando a cabo la familia del pequeño desde junio del 2016.

En su escrito, el cual fue compartido ampliamente a través de las redes sociales y de la aplicación WhatsApp, la hermana Pelloni exhortó a rebelarnos contra la cultura del olvido que nos permite aislarnos de la verdad y justicia por Marito”.

No podemos encerrarnos en nuestra sociedad del ‘no te metás’. Esta postura nos lleva a caer en una vida de ‘inseguridad’”, manifestó en otro tramo de la epístola, la cual circuló por varios celulares y computadoras de los vecinos del norte de la provincia.

El mensaje completo

RED INFANCIA ROBADA PRESENTE EN LA MARCHA Nº 100 POR MARITO

Hace unos días celebrábamos el rostro desfigurado de Jesús crucificado. Fue ejecutado sin piedad en una cruz.

Desde entonces, ese mismo Jesús se nos revela identificado para siempre con todas las víctimas inocentes de la historia.

Estamos reunidos aquí porque nos unimos al grito de dolor que dio Marito inocente víctima cuando lo crucificaron.

Hoy nuestro Dios, que ha muerto en la Semana Santa y Resucitado en Pascua, identificado con las víctimas nos convierte en un desafío inquietante para quienes tenemos fe y seguimos a Jesús, que es Dios hecho hombre.

Por eso no podemos separar a Dios del sufrimiento de los inocentes.

Aquí y ahora, Él nos interpela desde la causa de Marito; y no nos está permitido seguir viviendo como espectadores del crimen y por qué no decirlo, su ya visible encubrimiento.

Tenemos que rebelarnos contra la cultura del olvido que nos permite aislarnos de la verdad y justicia por Marito.

No podemos encerrarnos en nuestra sociedad del “no te metás”. Esta postura nos lleva a caer en una vida de “inseguridad” ante tanta cultura de “muerte”.

En esta Marcha Nº 100, Marito reclama de su pueblo amor solidario en busca de la verdad y justicia por su CRUCIFICCIÓN Y MUERTE.

Es una realidad que, así como Jesús encontró muchos obstáculos por defender la dignidad de vida de tantos hombres y mujeres que sufrían el avasallamiento del poder político de turno, del dinero y de todo tipo de placer egoísta y destructivo, hoy tenemos el desafío con nuevos obstáculos que se convierten en las armas de destrucción, no sólo de la dignidad humana, sino de la vida misma, como le ocurrió a Marito.

Para ello contamos con la fuerza humanizadora y liberadora de la Palabra de Dios como alimento para los que integramos este pueblo en la convivencia diaria.

Si nos fiamos de esta gran ayuda, no podremos bajar los brazos ante las fuerzas del mal.

Por eso, es necesario tener la mirada firme y decidida a no bajarla en la causa principal que un grupo “mafioso” decidió sacrificar hasta la muerte como ofrenda quizás política al conocido “San la Muerte”.

También debemos tener en claro quién es este “San la Muerte” para entender que el narcotráfico es parte del sostén, no solo de quienes le rinden culto, sino también de los políticos que se valen de tal rito para sus gobiernos.

Ambos integran las bandas mafiosas que encubren en medio de los ritos que cuentan con brujos y hechiceros.

La sangre es la muestra de la ofrenda sacrificada. Es lo que ocurrió con Marito.

Y nos preguntamos ¿Qué falló en la Fiscalía que llegó hasta el descubrimiento de la casa del brujo mediante los perros preparados para la investigación? ¿Por qué no se continuó con los perros?

Hemos convocados periodistas nacionales para que acompañen desde el pueblo la investigación. Todos sabemos que en un pueblo chico, todos nos conocemos. Sabemos de nuestras andanzas buenas y también de las “turbias”.

Ayudemos a desentrañar la complicidad de los que encubren la muerte.

A cada uno Dios nos habla en la conciencia ¡No tengamos miedo! Seamos valientes.

Aunque cueste, el bien siempre puede sobre el mal.

La muerte de Marito debe ser para los habitantes de Quimilí, un caso testigo de lucha para erradicar el mal de la ciudad. Tenemos que lograrlo.

Es importante aprender a socializar los pequeños indicios de la verdad sobre lo qué y cómo ocurrió que nos acercan al crimen. Hay que ir a los medios y volcar la verdad de lo que sabemos. Es a lo único que le temen las mafias. Quedar al “descubierto con su actuación”.

Es ciencia cierta que la mentira nunca dura 100 años. Tarde o temprano siempre se descubre.

Sólo se necesita para transitar por la investigación social de este crimen injusto, la valentía que da la fe y el amor en un Dios que no nos abandona, porque siempre está presente junto a María, la madre de Jesús y madre nuestra.

¡Adelante entonces! Con la esperanza viva y activa de hacer justicia con Marito.

Es la deuda que tienen los que habitan en Quimilí.

El Señor bendiga los pasos a transitar desde estas 100 marchas.

Hna. Martha Pelloni

Carmelita Misionera Teresiana