En los últimos tiempos se pudo observar que en distintos puntos de la ciudad de Monte Quemado, las familias se dedican a la venta de comida, lo que demuestra que el rubro es una salida para enfrentar la crisis económica en la que se encuentran cientos de personas, particularmente obreros forestales desocupados por efecto del cierre de los aserraderos.

Está claro que muchas familias se inclinan por la venta de comidas rápidas para ayudar a las  economías del hogar, la que en estos últimos dos años no la están pasando bien por efecto de la desocupación masiva, que se ha producido preferentemente en el sector forestal, principal fuente productiva y económica de la región, cuando los aserraderos después del tarifazo de energía eléctrica, tuvieron que desertar de la actividad productiva, dejando a cientos de obreros del sector desocupados.

Comidas rápida

Las familias, arrinconadas, sin abrir un negocio formal, cocinan platos exquisitos en sus domicilios y los ofrecen en venta entre sus vecinos o hacen anunciar por las radios de frecuencia modulada de la ciudad.

Es por esto que el diario digital El Municipal Web entrevistó a José, un vendedor de comidas, quien contó que en el aserradero se quedaron sin trabajo y para salir del paso , decidieron invertir un dinero que tenían ahorrado en la compra de comestibles. “Primero comenzó mi esposa vendiendo pollos horneados con papas los domingos, después fuimos sumando la venta de empanadas y ahora salen los chicos a ofrecer y cocinamos dos o tres veces por semana por encargue y de esta manera nos estamos ayudando para poder salir adelante. En esta línea acotó que “con la ganancia diaria se vuelve a comprar los insumos para vender al otro día, y los  domingos hacemos caja de la ganancia de la semana y los destinamos para los gastos de las otras necesidades que son propias de la familia. Mucho no es la ganancia  pero al menos nos permite alimentarnos y sobrevivir”, señaló.

Son muchos

Por su parte Julio, padre de una familia numerosa, vende en el barrio Sor Ángela de la Cruz empanadas, pizzas, y keppe y de esa forma  ayudan a la economía hogareña. “Todos tenemos derechos, pero cada vez son más los que cocinan y salen a vender, por lo que cada día se está haciendo más difícil de colocar el plato y la plaza no da para tanto”.

Raúl, un aserrador que se quedó sin trabajo, puso un carrito de venta de hamburguesas y trabaja en la plaza del Bicentenario. Contó que “con el correr de los días va más gente a comprarle los panchos y hamburguesas y señaló que las ventas las realiza de noche, porque “con el calor que hace en Monte Quemado mucha gente no quiere cocinar, entonces pide comida rápida, nosotros nos amoldamos al cliente y gracias a eso estamos sobreviviendo”. En esta línea aclaró que “Monte Quemado no es para enriquecerse vendiendo comida, porque en realidad no son muchos los que pueden  comprar con frecuencia” y finalizó diciendo que “el crecimiento del rubro de comidas rápidas, la venta de pan casero, masas y tortillas se puede observar en todos los barrios. Sin duda, la principal causa de cocinar para vender es la crisis en la que se encuentran cientos de familias  de la copeña ciudad.