En los últimos años, los robos de ganado menor y mayor en los departamentos Copo y Pellegrini, afectaron fuertemente a los pequeños productores de la zona, quienes se mostraron indignados por los constantes hechos de inseguridad, y anunciaron que se están organizando para enfrentar a los cuatreros.

Rosendo Juárez es un productor de 45 años, de Taco Punco (Pellegrini) quien en los últimos tres años sufrió múltiples robos de animales. Los delincuentes, según indicó, “trabajan a la madrugada, cuando los damnificados se encuentran descansando”. Los ladrones ocasionan daños en las fincas para poder ingresar y sustraer el ganado, y en los caminos y rutas que conducen a la ciudad, no hay controles, si denunciamos la policía no viene.

Al respecto especificó: “Hicimos las denuncias, tanto en la Comisaría de Nueva Esperanza —Comisaría Comunitaria Nº 32— como en otras dependencias del pueblo. Les brindamos información sobre los horarios y los días que se concretan los robos, pero no tenemos respuestas. Todos los días nos están robando entre dos y cuatro animales, ya no sabemos qué hacer”, aseguró a Nuevo Diario el damnificado sin ocultar su indignación.

Para continuar diciendo: “No tenemos más opción que enfrentarlos. Nos están arruinando con los robos. Obvio que sabemos quiénes son y si se les reclama lo niegan. No sabemos qué hacer por el robo de nuestros animales. Hay familias que tienen entre 10 o 15 animales y si le roban, se quedan sin nada, porque viven de la venta de su ganado. Esperamos una solución”.

El abigeato también crece exponencialmente en el departamento Copo, y los productores ya no quieren ir a denunciar, no hay repuestas de la policía de Monte Quemado y del destacamento de San José del Boquerón, dijo el dirigente del Mocase Ariel Rojas, a la vez que reconoció que en Campo Gallo (Alberdi) se hicieron algunos procedimientos que mermaron el abigeato en el departamento. Sin embargo, agregó que la mayoría de los delincuentes que son aprehendidos, incluso (con la mano en la masa) en flagrancia, quedan en libertad por decisión de fiscales o jueces, y la mayoría vuelven a delinquir y estos delitos quedan impunes.

Copo  

Un viejo y avezado policía jubilado de Monte Quemado que se lo conoce por Ramón Silva cuando se le consultó, expresó: “La mayoría de quienes se dedican al hurto de ganado o abigeato y son identificados, reinciden”. “La mayoría de los que delincuentes son los mismos. Son pocos los nuevos que incurren en esta modalidad delictiva. Generalmente son personas que conocen el campo, son del ámbito de la caza, saben de manejo de animales y son hábiles para matar el animal y para carnearlo” y agregó: “En cada Departamento hay grupos que se dedican a esto y decimos que son siempre los mismos porque es el mismo modo de matar al animal, de cortar, de despostar, de cuerear”.

Según comentó Silva, generalmente operan en horario nocturno en zonas rurales, en campos grandes alejados de cualquier vivienda, donde hay animales criados a campo abierto sin cuidado: “Evidentemente hacen inteligencia antes del robo”, y ahora operan con una nueva modalidad, matan al animal de noche usando armas de fuego en los caminos rurales, los faenan y los cargan en un vehículo y al otro día quizás lo están comercializando colgando en algún gancho de la carnicería”. “Nosotros hemos tenido casos, de gente que cocinó y consumió esa carne y se encontró con el plomo de las balas con lo que mataron al animal”.  

Por otra parte, los criadores manifestaron que es notable el aumento de carneadas, de los animales vacunos en los caminos y los despoblados, ya que la hacienda tiene un buen precio y los cuatreros por lo general tienen donde reducir la carne de los animales sustraídos.

Pobladores de Las Malvinas, San Bernardo, Nueva Esperanza, La Virtud, Belgrano, y otras poblaciones asentadas sobre la despoblada Ruta Provincial N° 4 en el departamento Copo, denuncian que siempre se encuentran en los caminos con los restos de los animales faenados por los cuatreros, “los que vemos operan con absoluta impunidad y no roban por hambre. Son bandas delictivas que se dedican a carnear y revender, sobre todo en barrios más carenciados, donde aprovechan la necesidad de la gente y ofrecen la carne de boca en boca inclusive, o por WhatsApp o Facebook”.