Se viene la temporada de lluvias y preocupa a los vecinos de distintos barrios de la ciudad de Monte Quemado, que nada se hizo para mejorar el escurrimiento de las aguas y temen que se repitan las inundaciones de la temporada pasada.

Cabe recordar que las lluvias de la pasada de verano inundaron algunos barrios de la ciudad, provocando serios daños en viviendas y pertenencias, y también el estancamiento del agua en calles las convirtió en represas y había vecinos que por meses sobrevivieron expuestos a los hongos de la humedad.

La ciudad es un plato, casi una palangana. Con el trazo de la ruta 16 sin alcantarillas, que impide el escurrimiento natural de un terreno llano, con muy escasa pendiente.

Si a esto se le suma la urbanización creciente y desordenada que resta espacios verdes y, por ende, permeabilidad al suelo; los pronósticos que anticipan que cada vez serán más frecuentes las tormentas conectivas; y la despreocupación de los funcionarios municipales que nada hicieron por solucionar, es el preanuncio de una ciudad que otra vez por efecto de las lluvias podría presentar graves problemas.

Con este panorama, es muy difícil pretender que cuando se producen lluvias intensas en pocos minutos, no colapse la red de desagües desde el centro de la ciudad hacia los barrios, con el agravante que los desagües observan por estos días una notable falta de limpieza en lo que es una clara muestra de que en el municipio no hay voluntad de prevenir las consecuencias del excedente hídrico, que todos los años inundan sectores importantes de la ciudad.