Desde la ciudad de Quimilí, departamento Mariano Moreno, informan que en la tarde noche de ayer, un número no establecido de jóvenes circulaban por ruta 116, participando de las clásicas y peligrosas picadas clandestinas.

La rebeldía; la imprudencia; la irresponsabilidad; la indisciplina; el no medir los riesgos; no pensar que algo puede salir mal y el juego terminar, son características propias de los adolescentes. Es una etapa de la vida de las personas, en la que se está buscando un lugar en un grupo, en una comunidad, en una familia. Pero hay acciones o divertimentos temerarios que pueden conducir a tragedias. Ello sucede, por ejemplo, con las picadas de las motocicletas, que son constantes.

En ediciones pasadas mostramos, en El Municipal Web, un video de las picadas en la pista de aviación de la ciudad de Monte Quemado, llamando a la reflexión a los adolescentes, jóvenes y padres que no controlan a sus hijos y les entregan un motovehículo, sin ejercer ningún control, por lo que, en el menor descuido, negligencia o imprudencia, les puede costar la vida y el riesgo se repotencia en las picadas.

Los padres, por cierto, tienen la mayor responsabilidad en estas travesuras que realizan sus hijos y que pueden terminar trágicamente, como ha sucedido ya en muchas oportunidades. Deberían tener un mayor seguimiento de lo que hacen sus hijos. Sería positivo que en las horas de tutoría de los colegios se conversaran estos asuntos con los estudiantes, de modo que tomen conciencia de que todo tiene un límite y cuando se lo sobrepasa, se corre el riesgo de atentar no sólo contra la propia vida, sino también contra la de los demás.