La localidad de Sacháyoj, departamento Alberdi, tendrá una la primera edición del festival denominado "Rey del Monte", y en ese marco repasamos un poco de la historia de este hermoso pueblo.

Lo que se sabe de esa criatura tiene mucho de leyendas y algo de realidad. Personalmente pienso que no todo es fantasía. Detrás de todo esto sospecho que hay cosas que pueden ser ciertas- dijo Alberto sin mirar a la joven sentada del otro lado de la pequeña mesa de café, donde se habían instalado esa mañana en la zona de Congreso.

  • ¿Cómo dices que se llama esa criatura? - pregunto la joven
  • Sachaioj, le llaman los lugareños, muchos de los cuales dicen haberlo visto a la distancia.
  • Alberto, ¿no estarás pensando ir allí no?
  • Deseo ir. Desde que tome conocimiento de la existencia de esta fabulosa criatura, me ha atrapado una especie de obsesión.
  • Yo jamás aprobare esto- contesto Alicia- porque simplemente la considero completamente descabellada- respondió Alicia con énfasis.
  • Pero Alicia, déjame hacer esta descabellada empresa como tú la llamas. La tomare como una despedida de soltero. A mi regreso nos casaremos y te prometo guardar compostura de allí en adelante. Comprendeme querida pero debo hacer esta expedición. Es cierto, probablemente sea una obsesión, pero solamente podre emanciparme de ella yendo al encuentro de Sachaioj. Quiero escribir algo sobre eso. Quiero recoger los testimonios de esa gente que dice haberlo visto. Quiero seguir sus huellas.
  • Me parece que vos estas buscando la forma de postergar nuestra boda- contesto Alicia mostrando evidente desagrado.
  • ¿Qué interés tendría? Sabes que deveras te quiero.
  • Ahora no estoy tan segura de eso.

Alberto la tomo delicadamente entre sus brazos y la atrajo hacia él. La tuvo un momento apretándola fuerte contra su pecho. Finalmente, levantándole la barbilla la miro profundamente a los ojos:

  • No debes decir eso Alicia.
  • Perdóname, pero….
  • Te comprendo, pero sino lo hago te aseguro que no seré enteramente feliz.

La actitud de Alberto, sus caricias y la gran seguridad que demostró, quebraron la resistencia de Alicia, que finalmente dijo

  • ¿Cuándo piensas partir?
  • No bien haya preparado el equipaje.
  • Sigo convencida de la inutilidad de esta aventura, pero considerando que es tu más ferviente deseo, te doy mi consentimiento. De buen gusto te hubiera acompañado, pero, los exámenes finales en la Facultad… Tú lo sabes.
  • Es cierto. Debes concentrarte para obtener muy buenas notas y a mi regreso quiero ser el único que disponga de tu tiempo. Nada de Facultad.
  • ¡Que egoísta!
  • En eso soy enteramente absorbente.
  • Y yo seré la mujer más dichosa.
  • Eso lo espero.

Alberto Sach había ganado la primera batalla. La mas importante para él: convencer a su novia para que lo dejara partir rumbo a ese mundo donde la realidad y la fantasía parecían mezclarse de tal manera, que era virtualmente imposible separar lo uno de lo otro.

Todo había empezado a tomar formas en él, después de haber asistido a esa conferencia en la Casa de Santiago del Estero donde el doctor Bravo había disertado sobre deidades precolombinas del norte argentino. El conferenciante había dedicado gran parte de su vida a levantar testimonios sobre la existencia de una fantástica criatura llamada Sachaioj. Entre ellos exhibia una huella levantada en yeso que mostraba la forma de un pie semihumano. También poseía cintas grabadas donde se reproducían conversaciones mantenidas con nativos del lugar, algunos de los cuales aseguraban haberlo visto. Sin embargo, nadie podía aportar detalles de sus formas concretas. le aseguraban si, un tamaño superior al hombre corriente, un sigilo y agilidad que no concordaba con su tamaño. “transita en el monte casi sin hacer ruido, como si fuera un viento” aseguraban los más.

Alberto había conseguido una entrevista personal con el doctor Bravo, quien le refirió todas sus experiencias al respecto. Sobre el particular el hombre tenía una teoría: consideraba que la criatura, efectivamente existía y que en cierta manera había usurpado el nombre de Sachaioj, ya que de ninguna manera podía creerse en la existencia real de esta deidad salvaje, cuyos orígenes se remontan a la América precolombina. Los habitantes de la zona seguramente habían mezclado la leyenda con la realidad al atribuir a Sachaioj, personaje mitológico, la protagonización de ciertos hechos observados en los últimos tiempos.

El doctor Bravo, graduado en Antropología y estudioso incansable había dedicado casi toda su vida al estudio de las costumbres de grupos sociales postergados, especialmente de aquellos autóctonos del lugar. También, en su momento, se había impresionado por los relatos de la gente del lugar, pero había desistido de continuar con sus investigaciones por apremios económicos. Sencillamente no disponía de fondos para financiar una expedición al corazón de la selva santiagueña. Era necesario efectuar una penetración por lo menos de 200km por zonas inhóspitas tanto por lo desconocidas, como por la ausencia de agua. Luego, no era posible la utilización de medios de transporte alguno, ni siquiera de caballos u otras bestias de carga, precisamente por la razón ya apuntada: no se podía asegurar la provisión de agua. En consecuencia a la marcha había que realizarla a pie. Tampoco se disponía de cartografía adecuada. La única existente y que abarcaba la zona de interés, eran croquis dibujadas a grandes rasgos, desprovisto de todo detalle para la expedición.

El doctor Bravo era una persona que rondaba los 45 años de edad, de regular estatura, hombros anchos y fuertes, tez cobriza, cabellera completa, había aceptado entusiasmado la proposición que le efectuó Alberto, respecto a que éste financiaría la expedición. Por lo demás, él poseía gran experiencia referente a la forma de vivir en esos apartados parajes.

 Continuará...