Por Tony Villavicencio.- El galpón de las herramientas convertido en un depósito de chatarra;  ambulancia; camionetas; tractor; maquinarias, todo lo dejaron destruido. El comienzo de la nueva gestión de gobierno de la comisionada que asumió el pasado 10 de diciembre no será fácil. Hay que volver a empezar.

La comisión municipal de Villa Matoque fue creada en el año 2006, pero en estos últimos cuatro años de gobierno del comisionado Hugo Santillán no hubo presencia institucional y la gente fue excluida de las políticas de Estado.

Este distrito del departamento Copo, arrinconado sobre los márgenes del río Salado; territorio  poblado pero disperso, empobrecido y aislado. Los avances registrados a esta población la coloca en los fondos del interior profundo de la provincia de Santiago del Estero, donde la gente vivió por décadas aislada, por la desidia y apatía de un comisionado municipal que los mantuvo  durante ocho largos años excluidos de las políticas públicas.

En esa recóndita población, la comisión municipal estuvo ausente. Recién ha comenzado a  marcar presencia el Estado provincial y nacional con la obra del azud y el enripiado de la ruta 2, que se extiende desde Cruz Bajada, por 60 kilómetros hacia Vinal Suni, rumbo a San José del Boquerón, obra que una vez finalizada empalmará con la Ruta Provincial 4.

Aquí en Villa Matoque y parajes vecinos, la gente todavía sobrevive como en el siglo pasado. Para nada ha podido progresar y se encuentra muy lejos de la modernidad, sin luz, sin agua y recién después de sufrir por décadas, llegó el ripio a la ruta 2, que despierta la esperanza de poder romper las asimetrías del aislamiento que desde siempre padecieron.

En estos últimos cuatro años, la comisión municipal de Villa Matoque se convirtió en la caja fuerte  de la que se beneficiaron unos cuantos,  y para nada incidió en la vida de los habitantes del distrito, enfermos y hasta discapacitados estuvieron excluidos de las políticas sociales, pero sí incluidos al momento de hacer rendiciones.

Hugo Santillán, más conocido por “Chiyín”, poco se interesó por la gente que lo votó, pero sí se  preocupó por beneficiar a su familia y a sus amigos. Muchos dejaron de pedalear y ahora se pasean en lujosas camionetas 4x4, mientras que la gente del lugar sobrevive en viviendas precarias, infectadas de vinchucas, sin caminos y compartiendo el agua en represas con los animales.

Hay familias que permanecen en la extrema indigencia, donde los niños y los ancianos se llevan la peor parte, situación socioeconómica desesperante, donde por años reinó el abandono y la exclusión de la gente que realmente vive como puede.  

Al respecto, Andrés Palavecino, un vecino que vive junto al Canal de Dios expresó que “para la nueva  comisionada municipal no será fácil los comienzos de su gestión, pero confiamos plenamente en ella. A pesar de los ocho años de creación de la Comisión Municipal, en estos últimos años prácticamente fue nula la presencia  institucional porque Santillán usó lo que era de todos para beneficio propio, y la chapa de comisionado la hacía valer para vincularse con jueces y usurpar y vender tierras que le pertenecían a los pobladores”.

Cambio

En las elecciones del 22 de octubre pasado, el pueblo empobrecido y cansado de promesas incumplidas, eligió a la señora Graciela Alomo, quien asumió el 10 de diciembre, la que se encontró con una comisión municipal desmantelada y un pueblo desesperanzado y descreído de la política.

La camioneta; la ambulancia; el tractor; las herramientas del obrador, convertidos en verdaderas chatarras, al extremo que a una máquina la habían dejado sin ruedas, abandonada en el monte.

Todo está destruido, es una pena con todo lo que hizo y se esforzó el Gobierno de la provincia aquí en Villa Matoque, lejos de progresar con este comisionado que permaneció estos últimos ocho años, hemos retrocedido como comunidad. Se lamentó un viejo poblador del lugar.