Hacía años que ya no se hablaba del espanto del cura que salía del cementerio caminando apurado fumando un cigarro en chala cruzando la ruta 4, internándose en el monte en dirección de los vestigios de las ruinas de la reserva jesuítica denominadas Petecas.

 Aseveraron los lugareños al diario El Municipal Web que la figura fantasmagórica del cura los vuelve asustar, y que hay quienes lo vieron días pasados otra vez cruzando la ruta a paso largo con su sotana larga, colgando su cruz de madera al pecho y fumando un cigarro en chala.

Mamerto Aguirre; Juan del Jesús Cuellar; Marcelino PeraltaNicanor Ruiz; Demetrio Orellana, todos domiciliados en esta zona, aseveran que en estos dos meses volvieron a ver al cura fumador, y al ser consultados coinciden en el relato. El lugar de la aparición; la vestimenta; el paso apurado y pitando cigarro en chala, por todas estas señales los vecinos aseguran que es un espectro. El prelado aparece a los que circulan por la ruta y confiesan que si bien es cierto notaron su presencia, en ningún momento tuvieron miedo, porque en algunos casos dijeron que sus padres ya les hablaron de las apariciones.

Cabe destacar que, en torno a la Reducción jesuita de Petacas, cuentan muchas historias de fantasmas y apariciones, algunos hablan de la riqueza en oro y perlas que estarían ocultas en medio de los escombros semi enterrados en esos montes, donde hay todavía quienes la buscan y sueñan encontrarla.

Por otro lado están los misterios que se relacionan con luces y sombras fantasmagóricas. En ese sentido, desde hace décadas los lugareños se mantienen en vilo por la misteriosa aparición de un hombre vestido con una sotana negra. Lo ven salir del cementerio, fumando un cigarro en chala, para todos los que lo vieron se trata de un cura que, desde el cementerio, camina en dirección al lugar donde antes fue la iglesia jesuítica, y que después de cruzar el camino se pierde en los matorrales de lo que hoy es un coposo algarrobo que mantiene bajo sus raíces las ruinas de lo que fue el templo edificado por los jesuitas, donde no vive nadie.

Son muchos los que aseguran que después de varios años lo volvieron a ver al cura fantasma, y hay quienes aseguraron que cuando pasa, deja el aroma del tabaco de lo que es un cigarro en chala. Al respecto, Juan Paz y Gregorio Cuellar, de Santo Domingo y San José del Boquerón, respectivamente,  expresaron que “por diversos trámites, siempre acostumbraron a pasar por la Reducción y que en varias oportunidades cuando volvían a su casas, ya de noche, vieron venir caminando, apurado y fumando un cigarro en chala a un cura que camina a paso largo”, del que dijo Gregorio “la primera vez pasó a menos de 10 metros mío, pero no se dejó ver la cara, cruzó el camino y se metió por un senderito del monte en dirección del algarrobo”, para continuar diciendo, “otra vez venía acompañado de otro muchacho, familiar del actual comisionado de Santo Domingo, Lázaro Orellana, era de nochecita y lo vimos a la distancia, pero bien clarito, le volaba la sotana y se notaba en cada seca que venía fumando chala”. Aseguró que “habíamos escuchado a otros pobladores que decían haberlo visto, pero las dos veces que me tocó verlo no sentí miedo, pero en la segunda oportunidad cuando venia sólo, sentí aprensión y por las dudas empuñé el inflador de la bicicleta, pero no, el cura cruzó el camino y sin mirarme pasó de largo y se metió al monte y yo seguí pedaleando en mi bicicleta”.

Según comentaron los vecinos de Santo Domingo y de San José del Boquerón, en años pasados  fue noticia nacional cuando una pareja que circunstancialmente pasaba por el lugar, habría sido espantada por esa misteriosa aparición caso que fue denunciado en la Policía. El relato de esa familia fue publicado en diarios de tiraje provincial y nacional.

Lo concreto es que por estos días, la gente asegura que el cura los vuelve asustar y los vecinos de San José del Boquerón, Santo Domingo, y otros parajes vecinos del departamento Copo y Pellegrini, están asustados y todos los que pasan por el lugar tratan de ir acompañados y dicen que van con los celulares preparados, porque que esta vez  quieren fotografiar al cura cuya figura fantasmagórica los asusta de hace varias décadas y no son pocos los que cuentan haberlo vuelto a ver.