El fallecido comisionado de Weisburd, departamento Moreno, Rubén Eduardo  Balbuena, fue en vida un comerciante apreciado de espíritu solidario y siempre estuvo comprometido con los espacios más humildes de la zona, a los que siempre ayudó y fueron ellos, los más pobres, los que con su voto le confiaron el cargo de comisionado municipal.

“Toto”, como todos lo llamaban, había participado de las elecciones del pasado 22 de cctubre, resultando ampliamente ganador, por lo que el lunes pasado asumió el cargo de comisionado municipal de su querido pueblo,  al que nunca quiso dejar, no obstante haber construido en la ciudad de Quimilí su principal empresa comercial.

La muerte no es el fin, ya que cuando un gran hombre deja de existir terrenalmente, el cuerpo perece pero las ideas, los aportes y los recuerdos perduran en la mente de todos sus seres queridos y en la vida de toda la ciudadanía que de alguna manera marcó o influenció.

Rubén “Toto” Balbuena fue siempre un buen hombre, de origen humilde, construyó y cuidó su familia con esfuerzo y trabajo y se convirtió en un empresario  comercial que siempre luchó por ver a su querido Weisburd camino al progreso.

Había alcanzado esa meta apenas cinco días de su asunción, e iniciaba el trabajo de la transformación del pueblo que amaba y tenía la posibilidad de hacerlo con su propio esfuerzo, la  muerte lo sorprende y hoy los vecinos de Weisburd y poblaciones vecinas, sin consuelo se lamentan y  lloran la irreparable pérdida de uno de sus hijos más queridos.