Por Tony Villavicencio.- Los caminos rurales en Santiago del Estero son el primer eslabón en la cadena de comercialización de la producción agrícola-ganadera, desde el campo a los centros de consumo internos y del exterior. Pensamos que no se puede potenciar la producción y la economía sin implementar una red vial, que contemple la permanente optimización de la red de caminos rurales de la provincia.

Numerosos estudios apuntan hacia el positivo impacto económico y social cuando los caminos rurales se encuentran en buenas condiciones, ya que no solamente sirve al traslado de la producción, sino que vinculan a las comunidades rurales con las escuelas, y los servicios de salud. El enfoque tiene como objetivo demostrar el impacto que tienen los buenos caminos en la vida de los pueblos y la incidencia en costos logísticos en la comercialización de la producción agrícola – ganadera, de miles de santiagueños, que se encuentran aislados por la falta de la optimización de los caminos rurales.

Sin duda, lo indispensable que resulta mejorar la eficiencia en la gestión de la red de estos caminos. Santiago es unas provincias con una extensa geografía y se caracteriza por tener una de las redes viales de caminos rurales, más extensa del país, donde en muchos casos la producción, agrícola-ganadero. Se encuentra limitadas y en casos no se produce, porque sin caminos no hay posibilidades de comercialización.

No se tiene en cuenta que en Santiago el 100% de su producción se transporta por camión, en parte, por no estar el sistema ferroviario de transporte de carga suficientemente desarrollado. Pero, aunque así no fuera, y la participación ferroviaria fuera mayor, los primeros tramos de transporte desde los puntos de origen hasta las rutas pavimentadas son de tierra y estos son los caminos rurales que a través de los años han incrementado su impacto sobre la postergación de los pueblos y /o tienen sus costos logísticos debido a su mala conservación o el estado de abandono que presentan.

 En Santiago del Estero, constitucionalmente son las autoridades del Gobierno provincial las responsables de la red vial a través del Consejo Provincial de Vialidad. A su vez, en las zonas se han constituido consorcios camineros, como es el caso de Campo Gallo, Bandera y otros, que son responsables de la gestión de mantenimiento. También Vialidad delegó la reparación de los caminos rurales algunas Comisiones Municipales, a las que le han provisto de máquinas motoniveladoras y hay casos donde las comunas, por falta de presupuesto, no pueden afrontar los costos de los combustibles y aceites y entonces esto se ve reflejado en los malos caminos. Por estos días, las comisiones de las localidades de Ahí Veremos, Santo Domingo (Pellegrini) y San José del Boquerón (Copo), se encuentran en una furiosa campaña de acondicionar los caminos de sus respectivos distritos.

Es cierto también que en Santiago del Esterol, donde mucho se hizo en estos últimos 10 años en obras viales, de infraestructura básica, obviamente después de mantenerse por décadas incomunicadas con la ciudad Capital a importantes distritos del interior y sin abundar en el norte provincial, se pavimentó la ruta 175 (Santiago-Nueva Esperanza), se mejoró con ripio el camino que enlaza desde la ruta 34, en Rapelli, por Pozo Bebeder; Villa Mercedes y enlazar con la ruta 175 en Taco Punco. Se asfaltó la ruta 4, desde el enlace con la ruta 34 hacia San José del Boquerón, se enripio en Copo la ruta 2, en una extensión de 80 kilómetros (Vinal Suni, Cruz Bajada (límite con Salta), que aún resta concluir en ocho kilómetros. El gobierno de Gerardo Zamora hizo mucho con respecto a rutas y al César no hay que quitarle lo que es del César, es el gobernador con más kilómetros de rutas o caminos construidos.

Es cierto que los planes de inversión se desarrollaron sobre la red caminos más importantes y nosotros, que recorremos todo el norte, escuchamos que la gente reclama al Gobierno que hay que tener en cuenta los caminos rurales que parecen olvidados, los que en algunas regiones, más allá de las intensas lluvias, permanecen no de ahora sino desde hace años, un estado lamentable, como es el caso de la ruta 4, camino de tierra que se extiende por 90 kilómetros en el tramo de Vinal Suni-Monte Quemado, donde enlaza con la Ruta Internacional 16 y de donde la gente se está yendo, porque sin caminos no se puede sobrevivir.

Es precisamente sobre esta red de caminos rurales en los que habría que trabajar, diseñando una estrategia vial que permita a las poblaciones de las regiones rutas y ripio adentro, incluirlos y puedan salir con su producción, agrícola-ganadera, para poder llegar a los mercados internos y externos de la provincia.

De acuerdo a un censo reciente, serían 3.800 las familias de la región norte y más de 20.000 las de las distintas regiones de la provincia, que soportan las asimetrías de un cruel aislamiento, que por efecto de los caminos rurales destruidos, les impiden comercializar su producción, que los limita a producir para consumo propio, sobreviviendo en economías de supervivencia, dentro de un potencial productivo y económico sim posibilidades de progreso y desarrollo por la falta de los caminos.