En Santo Domingo, departamento Pellegrini, el pueblo creció en infraestructura, pero no todo está bien. La comunidad educativa de la escuela primaria N° 872 permanece desde hace tiempo en conflicto con la dirección del establecimiento, colocando en peligro la convivencia, la integración y la educación de los niños.

Hay que recordar que el progreso de esta población, que se levanta junto a los barrancos del río Salado, comenzó con la pavimentación, en el año 2008, de la ruta 4 (Nueva Esperanza-San José del Boquerón) camino que fue construido en la gestión de gobernador Gerardo Zamora, obra que fue el principio de su progreso.

A la obra de la ruta se la acompaña con la creación de la primera comisión de fomento rural a cargo del para entonces dirigente radical “Dumy” Palma, quien dio comienzo a la obra de la que hoy es el edificio de la Comisión Municipal.

Luego, la comuna es re categorizada, ingresando al presupuesto provincial y elige el pueblo por primera vez al primer comisionado Lázaro Orellana, que cumple ya su segundo mandato.

Mencionar todas las obras de servicio gestionadas y concretadas por la actual gestión de Orellana y el Gobierno provincial sería de nunca terminar, con sólo hablar de una planta potabilizadora, 100 viviendas sociales, electrificación rural, el enripiado del camino (Santo Domingo-Babilonia) construcción de  puentes vehiculares en los arroyos que mantenían aisladas a poblaciones como es el caso de la comunidad de Nueva Yuchán, la creación del Agrupamiento Educativo Nº 86.019 que llegó al pueblo para elevar la oferta educativa para los alumnos que terminaban el nivel primario en la centenaria escuela Cesar Augusto Santillán N° 872, que desde el año pasado estrena el nuevo edificio escolar. 

Todo eso pasó en este pueblo y en pocos años, donde creció la infraestructura, pero hoy hay serios problemas en el nivel primario educativo en lo que es un enfrentamiento de padres y la directora de la escuela. Conflicto que se mantiene desde hace varios años y no sólo compromete ya el normal funcionamiento del establecimiento, sino que también se extiende y provoca una pronunciada zanja en la estructura de la convivencia social del pueblo.

No todo es color de rosas

En Santo Domingo hubo progreso, pero como decía la finada abuela Deidamia, “no todo es color de rosas”. Cuántas verdades o cuántas mentiras se ocultan en los pueblitos del interior profundo donde en las escuelas el maestro se constituye para las comunidades en la obra del mal o del bien.

Y es este el caso de la directora Nora Toro de Navarro, de la escuela primaria N° 872. Según denuncian los padres que se quejan con el nocivo autoritarismo que ejerce la dirección del establecimiento. Culpable o inocente de muchas de las cosas que allí sucedieron y suceden y la cuentan los miembros de la comunidad educativa que ella preside.

La comunidad educativa está enojada, cuentan que las autoridades del Consejo General de Educación, cuando vinieron no escuchan a los niños y a los padres y de esa forma disimulan un descontento que existe que los divide y en el funcionamiento de la institución, con testimonios que revelan pasajes del mal trato hacia los alumnos y también hacia los padres no permite la convivencia y a su modo explican que la directora a la escuela la convierte en un espacio de desintegración, donde los enfrentamientos, con insultos, provocaciones y hasta empujones, son moneda corriente en ojos y oídos de los niños.

Comedor escolar

Explican los entrevistados que no sólo es el comedor escolar, donde todos los días del año lectivo se sirve a los niños fideo hervido, y una directora que cuando le piden que cambie el menú, se justifica diciendo en forma despectiva “es para lo único que alcanza lo que envía el gobierno”.

Asimismo, agregaron que en otras oportunidades, la directora aduce que le roban la mercadería que se guarda en el depósito de la escuela y bajo esta escusa pasan semanas sin que funcioné el comedor escolar y el padre que se interesa del por qué, recibe un insulto.

En realidad, todos tienen algo qué decir de la directora. El Municipal Web recorrió el pueblo y visitó familias y todos los que tienen niños en la primaria tienen algo por contar o reclamar. Hay un clima de malestar que se respira en torno a la escuela primaria de Santo Domingo.

Lo que más allá de los testimonios, deja claro que el enfrentamiento de la directora no sólo se circunscribe a la comunidad educativa, sino que la escuela primaria, desde el accionar de la dirección, está enfrentada con todas las instituciones del pueblo, al extremo que, por orden de la directora, Nora Toro de Navarro, la escuela primaria N° 872, por decisión arbitraria de la docente, no participa con las demás instituciones del pueblo en los actos patrios. Si esto es así, por lo que dicen todos es poco lo que ya nos queda por preguntar.