Si algo querían los miles de hinchas que asistieron a la Bombonera, más allá de despedir a la selección, era gritar goles de Lionel Messi. El capitán de la selección les dio alegría de sobra: hizo tres en la goleada por 4-0 del equipo de Jorge Sampaoli ante Haití. Fue el último en el país antes del Mundial. La cancha de Boca fue el escenario de un partido sin equivalencias, pero del que el cuerpo técnico algunas cosas podrán rescatar antes del debut ante Islandia, el próximo 16 de junio, en Moscú.

La cancha de Boca había sido la que albergó uno de los partidos más traumáticos de la selección en los últimos años. El 5 de octubre del año pasado jugó ante Perú. Empató 0-0 y llegó obligado a ganar en la última fecha ante Ecuador para entrar al Mundial, cosa que terminó sucediendo. En nada se pareció lo de esta noche a lo que sucedió aquel día. Fue el escenario perfecto para una cálida despedida, con mimos y aplausos para el equipo de Sampaoli que, en la cancha, no tuvo rival, señala La Nación.

Fue un penal torpe sobre Giovanni Lo Celso el que le permitió a Lionel Messi abrir el marcador. La Pulga se paró en el punto de penal y, como luciérnagas en una oscura noche, los flashes de los celulares de los hinchas detrás del arco fueron el decorado perfecto para acompañar un zurdazo a la derecha del arquero Johny Placide, quien apenas acarició la pelota con la punta de los dedos.

Messi, el dueño de las emociones, fue quien marcó el segundo capturando un rebote en el área chica, un centro de Higuaín que no pudo conectar Lo Celso. La Pulga tuvo pocas conexiones con Lanzini y Lo Celso, en ese triángulo que Sampaoli busca como generador de fútbol durante Rusia.

Como buena despedida, los hinchas que fueron a la Bombonera entendieron que la mejor manera era "mimar" a los jugadores. Por eso no sólo fue homenajeado con los aplausos Lionel Messi o Cristian Pavón, vitoreado como un domingo cualquiera en la Bombonera y ovacionado cuando ingresó por Di María. Dos con pasado en River fueron dueños de aplausos: Javier Mascherano y Gonzalo Higuaín. El primero, cuando recibió la plaqueta por cumplir sus 143 partidos con la selección y ser, así, el futbolista con más presencias con la celeste y blanca. "Pipa, pipa", cantaron cuando el delantero falló una jugada en la primera parte. Lo último del Pipa fue el centro que terminó con el segundo gol de la Pulga.

Si bien la calidad del rival no le alcanza a la Argentina para medirse en función de lo que sucederá en la Copa del Mundo, algunos jugadores aprovecharon para mostrarse un poco más. Pavón, por ejemplo, desbordó siempre por izquierda. En la primera que tuvo, una gran jugada personal, terminó con el tercer gol de Messi. Agüero, quien reemplazó a Higuaín, hizo olvidar la operación a la que se sometió hace un mes y medio. El Kun entró e hizo el cuarto.

Si existían especulaciones con lo que podía suceder con los minutos de Lionel Messi en cancha, se terminaron cuando Ever Banega ingresó por Lo Celso. Sampaoli utilizó allí el último de los seis cambios que se permiten en este tipo de amistosos. La Pulga jugó los 90 minutos y se abren algunos interrogantes para lo que sucederá en Jerusalen, ante Israel, en el último amistoso antes de la Copa del Mundo.