El 24 de diciembre, Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, es la fecha en la que se conmemora en Argentina a las víctimas de la última dictadura militar, autodenominada “Proceso de Reorganización Nacional”.

En ese marco, el poeta quimilense, Adolfo Ponti recordó a su hermana desaparecida durante el proceso militar. Lo hizo a través de un poema.

Su posteo

Conviví muy poco tiempo con mi hermana Sara Isabel. Sin embargo su presencia en mi vida es tan grande que la hace eterna en mis días. He aquí el triunfo de la memoria.

ANTIELEGÍA PARA ISABEL EN EL PAÍS DEL NUNCA OLVIDO

Entre gritos y sombras.

Herido

al costado de la noche más oscura amanece tu nombre.

Acaso llama o ceniza

acaso nube

ráfaga en el abismo

solo fuego en el alba.

Hermana

el día nace en la península del olvido o más allá

en la comarca de los pájaros

donde la muerte es un rostro celeste un galope negro sobre la escarcha.

Solo fuego

y vértigo y nunca más.

Solo tu nombre

y tres palabras rotas como un cántaro y madre en esta hora de cenizas.

La mañana es clara, brilla el sol entre las ventanas

del último naciente.

Lejos

un otoño de vidrios relampaguea sobre las hojas muertas y cuatro caballos al acecho

y un ojo blanco

despedazado

como un espejo trizado en las tinieblas.

Será mi voz la canción de infinito y tu nombre:

erizo de los verde-octubres

y de los cañaverales azulados iluminará el sonido

hasta que la noche siembre estrellas y fogatas en las cumbres del futuro.

Qué día éste...

de nubes-fuegos en los vidrios y de ausencias

y de golpear el crepúsculo hasta que bueno...

sangre la tarde

el nunca-olvido

y regreses límpida implacable a encender el viento

que ruge tembloroso

en los caminos.

Levantaré palmo a palmo las piedras del silencio

los temibles golpes

que retumban en mi casa

el sol hundido en los escombros.

Acaso habites mi alma embriagada en los tumultos

del recuerdo

o en los peligrosos tumbaderales de la noche.

Acaso haga luz y sangre

este nombrarte.

Y otra vez el fuego

aquel peñasco acribillado donde mi boca tiembla

y tiembla el enemigo.

Hermana

la palabra es más hueca que nunca

y más sonora

más hiriente

y no hay perdón

octubre ni relincho.

Ellos lo saben

porque han encontrado tu rostro

en la mañana.

Y arden pájaros árboles banderas corazones y este azul escarcha

tu nombre en un torrente.

Acaso vendaval arena roja

fuego puro

y hermana que nace

y que renace

en este día perforado

sin olvido.