Las cábalas para bancar el triunfo de un equipo de fútbol en el marco del mundial de Quatar, son prácticas del hincha argentino.

En ese marco, en Monte Quemado, mujeres, hombres, niños y hasta personas de la tercera edad tratan de elegir su forma de alentar.

En efecto, la ciudad de Monte Quemado se pinta de celeste y blanco. Gastón y  Ludmila, jóvenes papas de Ámbar, de solo 18 días, los tres vestidos con los colores albicelestes, sentados frente al televisor alientan como si estuvieran en la cancha.

El fútbol es un sentimiento de identidad nacional. La familia se reúne, amigos programan asados y durante los 90 minutos del partido, las calles de las ciudades permanecen vacías, paralizando el país.

El fútbol se gana con estrategias, planteos tácticas, ideas y goles. Pero el mundo que rodea al fútbol acepta que las cábalas del hincha del jugador son fundamentales a la hora de ayudar al equipo y por eso hace todo lo necesario para cumplir con los rituales que supuestamente colaborarán para lograr el ansiado triunfo.

Las cábalas más repetidas:

1). Los argentinos sólo lava la camiseta de la selección cuando termina el Mundial, para no cortar la racha.  En el caso de los brasileños, esa práctica la cumple sólo uno de cada diez. La de usar siempre la misma camiseta o cambiarla después de una derrota, continuar usando la misma ropa después de una serie de triunfos, aparece entre lo más común.

2). Misma hora y en el mismo lugar. “Quédate a mirar el partido con nosotros”, invita un familiar pero la oferta es rechazada porque la cábala indica que el partido por televisión se mira con los mismos amigos con los que se consiguió la última victoria. Así un tercio de los hinchas reconoce que mira el fútbol siempre con la misma gente y en el mismo lugar, sin negociación de cambios. Incluso se sientan en las mismas sillas y con idéntico menú.

3) Promesas. La investigación de P&G concluyó que un 43% de los argentinos estaría dispuesto a afeitarse una barba “de años” y un 27% a “hacerse un corte de pelo radical” para contribuir a la causa de que su equipo logre campeonar. Hacerse tatuajes, caminar hasta alguna Basílica, dejar de comer algo que le gusta, dejarse el pelo largo o subir una montaña, entre las más famosas promesas si se logra campeonar.

4) Caminos y cuernitos. El camino hacia la cancha también está repleto de cábalas. Los colectivos que trasladan a los planteles suelen tomar siempre la misma ruta, parar en un semáforo aunque esté en verde, esperar en un paso nivel hasta que pase el tren, bajar del micro en un orden establecido, escuchar la misma canción. Quienes se trasladan caminando tienen similares costumbres de pasar a buscar a sus amigos por la misma esquina, comer en el mismo puesto, contar que pasen cinco barcos por el río para seguir, saltar en una cuadra que alguna vez le dio suerte. Ya en la cancha, los cuernitos, los rezos cuando se ingresa, y los besos a las cruces, los más comunes.