Entre los mensajes más profundos que te dejan los camiones cargados de mercaderías, colchones y chapas  por parte de los candidatos  de siempre, el resultado es destacable y es  el mayoritario rechazo  de la gente.

Rechazo a una anquilosada cultura de la dádiva y la compra de votos.

Las prácticas clientelistas, asociadas a la búsqueda de beneficios electorales, son una añeja tradición en Monte Quemado, donde desde hace 37 años reinaron los regímenes autoritarios. Lamentablemente, el tiempo pasa y las mañas persisten, con intenciones que en muchos casos apuntan lisa y llanamente a la compra de votos y a la posibilidad de un fraude  electoral.

La desesperación que hoy muestran los de siempre, por revertir al cambio que se respira en todos los rincones y los obliga al intercambio directo, ya no solo de materiales, colchas y bolsines de mercadería, sino de dinero en efectivo comprando el favores político a cambio de votos.

Defrauda  cuando se conoce  que uno de los candidatos del cambio utiliza las instituciones del Estado, visita escuelas, presiona a docentes  y sin ser fotogénico en las redes sociales, se muestra con vecinos y hasta  con niños para afinar su campaña política. Si bien es cierto no es lo mismo, pero al pasado, en algo se parece.   

Con respecto a los de siempre, ayer circuló en las redes sociales un audio donde el intendente amenazaba con despedir a un empleado municipal que se disculpaba no poder acompañarlo en la caminata política, y más tarde comprobamos  que no son pocos vecinos, con órdenes firmadas por el lord  mayor, que retiraban  ayer de un céntrico corralón, ubicado en 25 de Mayo, materiales de construcción y rollos de membrana, y todo a cambio de un voto.  

El ex intendente pareciera que aspira volver a la municipalidad a fuerza de cinco mil bolsines de mercadería, chapas y hasta dicen que va reeditar el “Plan Platita” porque  pareciera ya no le queda arena en el obrador de la  421.

Es cuantioso el dispendio de colchones,  bolsines  de mercadería, materiales de construcción, rollos de membrana  y hasta dinero en efectivo  por comprar conciencias en lo que es un deliberado y vergonzante  clientelismo electoral.

Pero en  Monte Quemado se respira  un cambio esperanzador, que da cuenta de la importancia de avanzar hacia el reemplazo de esas corruptas prácticas por una cultura sustentada en los ideales, los proyectos y el trabajo, entonces, “RECÍBANLES TODO  LO QUE LES DEVUELVEN  Y VOTEN AL CAMBIO”.