En el barrio Belgrano de Monte Quemado, la abuela Dominga Nélida Nievas cumplió ayer 105 años. Tallo de tres generaciones: 79  nietos, 43 bisnietos y 13 tataranietos.

“Dominguita” nació en 1917 en la localidad de Ases, departamento Mariano Moreno, un pequeño pueblo distante a 12 kilómetros de Tintina y llegó a este mundo en ese lugar de obrajes, en tiempos de carros, mulas y tigres.

En su aniversario, recordó con admirable lucidez cuando a don Pedro Perea, un obrajero del pueblo, se le escapó de la jaula un tigre (yaguareté), al que capturaron en esos montes y  lo criaba en cautiverio. 

Sobre ello, mencionó: “El bicho se escapó de la jaula y fue un revuelo, la gente se escondía, tenía miedo que la comiera el tigre, yo tenía 13 o 14 años, y en esos tiempos los hacheros que trabajaban en los montes de la zona cazaban tigres y a veces se decía que el tigre los sorprendía y los comía a los hacheros”.  

La longeva mujer recordó  pasajes de su adolescencia  y aclaró que de joven se enamoró y se fue a vivir con su esposo Ignacio González, en Pozo Salado, en el departamento Alberdi, donde  crió a sus 8 hijos: “El mayor, Francisco Timoteo, Ramona Beatriz, Ignacio, Leoncia Petrona, Noemí, Juan Antonio, Carmen y Víctor Mario, y recordó que crió otros 11 niños, hijos de familiares, en esos tiempos las madres se iban acompañando a sus maridos a los obrajes y los dejaban con ella a sus hijos”. 

La anciana aclaró que hasta hace 4 años atrás vivió en Pozo Salado y que ahora vive con su hija en el barrio Belgrano de la ciudad de Monte Quemado y agregó: “Extraño el campo”. 

“Ella es fuerte, guapita y muy ingeniosa”, cuenta su hija Leoncia Petrona y añadió que “en oportunidades hasta nos quiere cocinar y siempre está recordando que quiere volver al campo, porque la ciudad nos dice que no  le gusta”. “Pero claro la traemos para cuidarla y  tenerla cerca de los cuidados de su salud”, finalizó su hija.

Fuente: Nuevo Diario