Manuel Fecha, lejos de dejarse vencer por la carencia de recursos e infraestructura, se hizo camino en una época donde la docencia en el interior ponía a prueba la vocación. Activó a la comunidad educativa con el ejemplo y creó proyectos reconocidos a nivel provincial.

Mientras algunos lo llaman “destino”, la vida para otros es simplemente el resultado de numerosos acontecimientos que acomodan diferentes situaciones y que al final arrojan una linda historia de vida que muestra la vocación y el sacrificio de un maestro rural, despertando la admiración y el cariño de toda la comunidad de esos lugares, donde el maestro además de educar es enfermero y vecino de consulta.

Manuel Fecha, actualmente es director titular de la escuela 624, categoría PU de la localidad de El Maján, departamento Alberdi, zona de supervisión N° 17, desde 1995, con antigüedad en la docencia de 26 años. Su esposa se llama Gabriela Silva, tienen tres hijos: Iván, Gastón y Adrián.

La comunidad de El Maján donde se levanta el edificio de la escuela N°624 como un insulto a las asimetrías del aislamiento porque todo queda lejos, 140 km de la ciudad de Campo Gallo y 400 km de la ciudad Capital, es una de las localidades de monte adentro donde no hay agua potable, donde no existe la energía eléctrica y donde todavía se transita por picadas del monte de quebrachos que agonizan.

Los vecinos son lo que lo eligieron. Toda la comunidad educativa resalta los valores del docente, a quien dice que Dios se los mandó, porque él es además de maestro, el enfermo, el consejero y hasta la “ambulancia” cuando los apura la emergencia, ya que usa sus propios medios y traslada a quienes lo necesitan para acortar los tiempos de atención médica y acercarlos a un centro de salud.

A pesar de que la escuela está cerrada, dicen que él siempre se está dando una vuelta y visita a los niños y sus padres y se preocupa para que la educación les llegue a todos.

Nuevo Diario entrevistó al director del establecimiento educativo donde toda la comunidad de esa escuelita rural lo destaca, no solo por su vocación en el ejercicio de la docencia, sino también por su espíritu de solidaridad en estos tiempos de pandemia ayudando a las familias del lugar en su mayoría de muy bajos recursos, pero con sueños y anhelos de una vida mejor, apostando aún en este contexto rural a la educación.

Su palabra

Manuel Fecha expresó a Nuevo Diario que comenzó su carrera como maestro de 4º grado en la escuela 913 de Campo Gallo, en el año 1994.

“Este fue un año de muchos aprendizajes, porque si bien estudié, no fue suficiente. Agradezco a la directora de esa época señora Estela Navarro de Cura que marcó mi rumbo y me ayudó a descubrir mi vocación”, indicó. Recordó que “al año siguiente, por concurso, elegí la 624, al llegar vi lo difícil que era. En bicicleta con mis colegas Delivano Juárez, Víctor Palavecino y Gustavo Centurión, peregrinos por casi medio año, fueron viajes que nos marcaron para siempre, con tanta necesidad por doquier”. Recordó haber rescatado “la bondad y calidez de la gente. Me atrapó y fue una inyección anímica que puso a disposición la educación dentro y fuera del aula. Aportando ideas con vistas a un futuro que hoy es vivir. No es fácil contar…

Quiero dejar a disposición de las personas que me conocen porque además de lograr cosas, no fui yo, sino fuimos. Porque siempre se logra con ayuda de Dios. Es hermoso ser maestro rural y estoy agradecido de todo lo vivido y de la comunidad educativa de El Maján”.

Experiencia

Esta experiencia está entre sus mejores recuerdos, porque fue su inicio en la docencia. Una de sus anécdotas de esa época fue en una tardecita entre el día y la noche el encuentro con una enorme lampalagua cuando volvía en bicicleta.

“Pensé que era un palo largo atravesando la picada a punta, entonces bajé de la bici y cuando iba a quitar el obstáculo del camino veo que se mueve. Era una enorme serpiente que tenía una hinchazón en una parte de su cuerpo, como si hubiera terminado de comer un animal”, relató con nostalgia, evocando aquellas épocas donde aprendió a convivir con la naturaleza en medio de su labor docente.

Ese fue simplemente un pequeño desafío dentro de su enorme responsabilidad que es transmitir valores.

Fuente: Nuevo Diario