La policía de Quimilí, Moreno, allanó ayer la casa de un remisero en el Bº San Martín, ante sospechas de cierta complicidad con una audaz maniobra a una anciana, quien el 8 de noviembre pasado fue despojada de casi $ 1.500.000.

Según la investigación del fiscal Ramón Alfonzo, la víctima resultó Julia Vilma Murúa (82) también con residencia en el Bº San Martín. Aquella jornada, un falso empleado de una firma privada se presentó en la casa de la mujer. Le dijo que le haría un descuento si le pagaba con billetes de $ 100, terminación "A". Fue al fondo de la casa y se apoderó del millonario botín, ahorros que la dueña de casa guardaba celosamente.

Ahora, el Departamento de Inteligencia Criminal (DIC) de Quimilí comandó ayer, a las 7.30, un procedimiento, con la firma del juez de Control y Garantías, Rodolfo Améstegui.

En el allanamiento, los uniformados habrían secuestrado un automóvil Fiat Siena gris, un teléfono celular marca LG K1 y dinero en efectivo.

Pese al hermetismo reinante, trascendió que la Fiscalía sospecha que el remisero fue cómplice del artífice del golpe, un foráneo que habría ingresado a la ciudad solo para consumar el golpe a Murúa, quien previamente habría sido marcada. En consecuencia, para la Justicia lo secuestrado habría sido adquirido con parte del botín que recibió el remisero, quien permanece libre, enfatizaron los voceros.