Un jornalero fue detenido ayer en la ciudad de Quimilí, departamento Moreno, acusado de abusar de su hijastra durante 3 años.

El grave hecho fue ventilado por los tíos de la víctima, ante quienes la niña se quebró cuando la visitaron en las fiestas de Navidad.

De acuerdo con la investigación que impulsa la fiscal Jésica Lucas, la denuncia fue refrendada por la madre de la niña, pero antes intervinieron sus hermanos, quienes habían llegado desde Buenos Aires semanas atrás.

En absoluta soledad, la niña les habría confiado que entre los 9 y 12 años, su padrastro ingresaba al baño a manosearla.

También les habría revelado que después la accedió sexualmente y que le informó a su madre, pero la misma no le habría creído.

Reunión familiar

Los visitantes dialogaron con su hermana y terminaron convenciéndola que su hija no fabulaba y que algo grave le ocurría.

Sin perder tiempo, la mujer formalizó la denuncia y con la misma rapidez, la fiscal Jésica Lucas priorizó la investigación.

Previo informe médico que confirmó los vejámenes sexuales, la fiscal solicitó la orden de detención que le fue concedida por el juez de Control y Garantías, Fernando Paradelo.

Así, una comisión policial detuvo ayer al sujeto, a quien Lucas imputó por “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y su condición de guardador”, trascendió.

Cámara Gesell

El sujeto ya está alojado en un organismo policial, a la espera de ser indagado, añadieron las fuentes.

Mientras tanto, ya habría designado un equipo de psicólogos para brindar contención a la menor, antesala a la Cámara Gesell.

La investigación conlleva efectos multiplicadores, ya que también habrá testimoniales y un riguroso informe socio ambiental.

Dispuesta a no dejar librado nada al azar, la fiscal Lucas también ordenó que se dé participación a los expertos de la Subsecretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia (Subnaf).

Rol de la Subnaf

Sería objetivo de la fiscal Lucas que los expertos de la Subnaf evalúen también la situación familiar de la menor, en pos de fortalecerla junto a sus seres queridos.

Desde esa concepción, el proceso tiende a juzgar al padrastro, pero también no dejar a la víctima inmersa en su pesadilla sexual, sino contribuir a su pronta superación y a una mejor calidad de vida. 

Pericias psicológicas y psiquiátricas

La investigación recién comienza, pero los expertos ya habrían sido facultados a concretar pericias psicológicas y psiquiátricas al acusado.

Para los policías, no habría dudas que entre los 9 y 12 años abusó de la niña, aprovechando los viajes o ausencia de su pareja, es decir la madre de la damnificada.

Como la menor no confiaba en nadie, recién develó su odisea sexual a sus tíos.

La menor añadió que su padrastro no la dejaba salir a la calle, mucho menos que la frecuentasen sus amigos.

Ante los ojos de la madre, ese excesivo apego era una clara muestra de amor de un casi padre, añadió uno de los investigadores.

Jamás se habría detenido a sospechar que donde ella creía ver ternura de padre, en realidad era un inequívoco gesto de abuso y/o sentimiento de posesión.

Recién al escuchar a sus hermanos, la mujer literalmente abrió sus ojos y fue tal el impacto de la realidad que a los pocos minutos acudió a la policía y denunció a su pareja.

Fuente: El Liberal