La asfixia de la injusticia casi termina en tragedia, cuando un hombre que vivió por décadas en un campo, donde el pudiente y sus influencias logró más que sus derechos.

Este hombre tuvo que ser derivado de urgencia desde el hospital de Nueva Esperanza (Pellegrini) hacia un centro de salud de Tucumán, donde los médicos luchan por salvarle la vida, luego de que se rociara con nafta y se prendiera fuego, en circunstancias en las que se realizaba el procedimiento de desalojo ordenado por la justicia santiagueña de su casa y el campo de 300 hectáreas que ocupaba con su familia desde tiempos inmemorables, y en lo que habría representado un trámite de la justicia seriamente cuestionado por los entendidos de la ley y los derechos.

La víctima fue identificada como Héctor Reyes Corvalán, residente del paraje Sancho Pampa. El hecho sucedió ayer, a las 9 de la mañana, cuando el oficial de Justicia, Dr. Luis Moreno, se presentó en el citado lugar con una orden de la jueza Civil y Comercial, Dra. María Paskevisiu

La medida ordenaba recobrar parcialmente la posesión de un campo y entregarlo a Néstor Quesada, un productor salteño, que habría comprado las tierras a un tercero, desconociendo los derechos de la familia Corvalán, poseedores de aproximadamente 300 hectáreas, que estuvieron debidamente alambradas y que la justicia no tuvo en cuenta en un trámite viciado de irregularidades, según explicaron abogados. Y en lo que es un comentario a voces, en los corrillos del palacio de justicia santiagueño.