Por Tony Villavicencio | Hoy salí a caminar, y tres jóvenes estudiantes que venían discutiendo me pararon en la calle y me preguntaron si les podía explicar la diferencia entre un súbdito y un ciudadano.

Respondí: Ser súbdito significa que siempre se es súbdito de algo o de alguien y que tiene como naturaleza la servidumbre; mientras que el ciudadano es el que vive en un estado de derechos. Hay pueblos que el único derecho que ejercen es el ir a votar y luego se comportan como súbditos.
En tanto, la señorita que acompañaba al tercer estudiante manifestó: “Aquí somos súbditos de Hazam o de Castillo pase lo que pase, hagan lo que hagan, o cómo lo hagan. El día de las elecciones los votamos, después nos desentendemos de todo hasta la próxima elección y al punto de soportar y aguantar sin oponernos al autoritarismo absolutista, ejercido inclusive desde la casta familiar, tan prepotente como proveniente de cualquier sátrapa sin provocar la reacción absolutamente para nada, de las injusticias que sufren así mismos o de otros”.
Le respondí a la niña, eso, justamente, es lo que hace un súbdito, no se defiende de nada, ni defiende al que sufre injusticias y eso exactamente es lo que hacemos nosotros en Monte Quemado, donde intentamos acomodarnos para disfrutar la sombra del poder y nadie defiende derechos negados, al extremo de que el Consejo Deliberante, para nada representan al pueblo que lo eligió y como no hay control, el intendente se convierte en el patrón del pueblo y no en el administrador, de lo que es de todos.
"Mire, don Tony, vemos que usted con su diario se esfuerza, por trasmitir los derechos del ciudadano de sus libertades, pero aquí en Monte el ciudadano hace lo contrario, no participa, no exige, no consulta, no reclama ni hace oír su derecho. Nada de eso vemos que suceda ni a nosotros en las clases nos dejan abordar esos temas", agregan.
Y finalmente les respondí… De verdad, en serio, díganmelo, ¿qué actitudes ven ustedes en sus profesores y conciudadanos?.. Pues eso mismo es lo que somos. Pero tenemos que tratar de cambiar que ya no nos confundan lo uno con lo otros. Sépanlo, al menos, porque ni es lo mismo, ni jamás lo será. O una cosa, o la otra… Pero la diferencia que siempre existirá es que los súbditos sirven a sus señores y los políticos debieran servir a los ciudadanos. SI esto último durante 37 años de gobiernos no ocurrió, es porque en Monte Quemado nunca el pueblo vivió en democracia.