Por Tony Villavicencio | El gobernador Gerardo Zamora siempre habló claro, no se esconde detrás de frases mentirosas como lo hacen los políticos de la oligarquía en las F.M. de Monte Quemado, olvidando que durante cuatro años el gobierno del barrio Norte porteño nos hizo sentir el rigor de la exclusión a la clase popular Argentina.

Hay que recordarles a muchos santiagueños confundidos que gracias al Frente Cívico vivimos en un Santiago agropecuario, con tendencia hacia un futuro industrial. Es decir se logró otorgar a la provincia un  perfil productivo y económico definido. Quince años atrás, Santiago del Estero solo exportaba amas de casa y capacheros.

Es por eso que los copeños no debemos dejarnos de embaucar con mensajes demagogos  cuando estos mismos nos endeudaron por varias generaciones. Hay que recordarles que la única provincia que sobrevivió al terremoto económico que produjeron en el país fue Santiago del Estero, mientras que otras provincias no lograban pagar los sueldos. Y eso se lo debemos a la administración transparente y previsora de nuestro gobernador. 

Disculpas por lo directo y crudo, pero indigna que estos mismos vengan hablarnos  de cambios profundos, de medidas favorables a los pobres, de amor al pueblo, de defensa de sus intereses, etc. Y no plantear el punto central del asunto que atormenta a los argentinos que es la monstruosa deuda dejada por el macrismo, cuyo gobierno estuvo integrado por hábiles y embaucadores empresarios, protegidos por una justicia ausente, cómplice y también, por inacción, responsable de los millones de argentinos pobres.

El punto central del asunto fue, es y será la deuda, la que sumado a la pandemia genera inflación y reventó no solo al gobierno de Alberto Fernández, sino a los argentinos. En las urnas respondimos premiando con el voto a la oligarquía opresora responsable del cierre de la industria, de la desocupación, entregando el gobierno con miles de niños y ancianos desnutridos en la periferia del Gran Buenos Aires,  el norte Argentino y sin ninguna inversión nos dejaron de herencia más de cien años de injustificado endeudamiento.

Los dirigentes de este sector vienen hoy a plantear cuestiones sociales demócratas, pequeños burgueses que pretenden darnos consejos de cómo entienden ellos su amor al pueblo y la defensa de sus intereses. Lo sabemos, lo vemos cada día quienes son los que integran Juntos para el Cambio: Terratenientes con mansiones fastuosas; autos de alta gama, camionetas 4x4, vacaciones en las cálidas playas del Caribe, de Brasil o de Uruguay; y el obrero forestal, dándole duro al revoleo del hacha sin poder hacer alcanzar  en la mesa, el pan de cada día.  

La Democracia en la que vivimos no es la que ellos pintan en sus entrevistas radiales sino es la que disfrutamos los santiagueños, la que engendra un avance intelectual, moral y material; es la herramienta para crear una sociedad  más justa e inclusiva, donde  toda violencia sobre los más débiles se termine, donde la igualdad de oportunidades es una realidad, donde el gobierno de Gerardo Zamora lleva la educación a todos los rincones de la provincia y justicia social, con más de 30 mil viviendas sociales amuebladas y adjudicadas en forma gratuita a familias sin recursos económicos, porque hay que hacerles entender lo que les cuesta comprender Democracia "sin salud, educación y justicia social no es democracia”.