Por Tony Villavicencio |  Monte Quemado, ciudad perdida en las sombras de una  sospechada corrupción que hace más confusa la relación entre el gobierno y el dinero público.

Quizás la marcada tendencia de apropiarse del poder político, deformación que les hace creer a los administradores y actuar como propietarios del Estado y de sus bienes, en lugar de conducirse como delegatarios enmarcados en la temporalidad del poder, que los obliga a cumplir con un mandato publico específico trabajando y administrando  en beneficio de todos y cada uno de los vecinos de la ciudad

La relación de la política con los políticos, los gobiernos y los dineros públicos, donde no existen controles de los órganos superiores. Sin embargo, el problema no es ésta relación, sino se sospecha el lado oscuro de la administración, los recursos obtenidos de manera ilegal a través de múltiples vías. Desde la lógica del político que ostenta dinero y sus efectos sobre la democracia: la pérdida general de confianza y la sensación de que no es la sociedad, sino una minoría privilegiada, que usufructúa en beneficio propio de lo que es de todos. Cuando donde se sospecha de corrupción, una investigación de los órganos naturales de control, culpa al responsable, libera al inocente y purifica la Democracia.

Empero también es cierto  en la vida real no se puede hacer política sin dinero… ajeno. Y es por eso que en cada obra hay que dejar la diferencia para la campaña, está claro, y si quieres pertenecer al poder tienes que haber realizado el aporte.  Empero claro sin recursos financieros no existirían los partidos o las agrupaciones políticas y los políticos no tendrían posibilidades de convertirse en opciones de poder a través de las vías electorales. Para atender estas necesidades económicas, la democracia ha venido afinando en las últimas décadas una serie de mecanismos legales de captación, utilización de recursos y rendición de cuentas.

Sin embargo,  en Monte Quemado los recursos que se destinan a la intermediación política se canalizan sin miedo ni pudor el sector forestal banca a su candidato y esto genera efectos devastadores para la democracia, y luego los empresarios de la madera piden su porción de poder y privilegios además de vaciar  de sentido dos de los principios fundamentales de la  democrática contienda electoral : El de la igualdad de oportunidades para todos los candidatos y el de la pluralidad de ideas y alternativas para los electores. El efecto sobre los políticos también es grave cuando estos traicionan la confianza de sus votantes, convirtiéndose en «vividores de la política.

Pero ¿qué es lo que está en el fondo de todo esto? El eterno problema de cómo controlar a los gobiernos, que con frecuencia considera que la misión superior de gobernar, la pervivencia de la democracia y la llamada «razón de Estado» están por encima de todo, y se olvidan que tienen que administrar la cosa pública  privilegiando la igualdad de derechos y obligaciones.

En Monte Quemado sin dudas hay un sector que acompaño y financio al sector del intendente y exige su porción de poder y privilegios y es por eso que el gobierno municipal se olvidó del vecino  y  hoy en esta ciudad el parque automotor municipal  enfriando hornos de carbón, tractores y máquinas pesadas desmontando predios para aserraderos. Camiones  arrimando tierra  para la parentela del intendente. En tanto  que en la ciudad reina la destrucción y el abandono.  Empero claro en la política de Monte Quemado todo vale, inclusive el sufrimiento de los vecinos.

No dudamos que por estas verdades  que están en los ojos y los oídos y el sufrimiento de todo el pueblo de Monte Quemado  con las que buscamos  colocar en perspectiva la trágica democracia de los copeños, vamos a sufrir represalias.

El gobierno  Municipal  encuentra cobijo  en la casa de gobierno  y fácilmente se insertan en el  refugio de un poder ejecutivo provincial  cuyos funcionarios “confundidos por dos pilla monedas  sin importarles el resultado electoral obran desde sus influencias  culpando al mensajero.