Por  Tony Villavicencio | Hacer bien tu trabajo no siempre es bien recibido y desde ahí la re manida frase, “Si a todos conformo,  es porque dejamos de hacer  periodismo”.

Hoy en nuestro  día  hay que recordar que centenares de periodistas por  ponerse   la camiseta  de los pueblos  e informar la verdad son   amenazados, silenciados, encarcelados, exiliados o, en el peor de los casos, asesinado por ejercer su labor. Según la ONG Reporteros Sin Fronteras, en 2020 han perdido la vida 57 periodistas y 155 han sido­­ encarcelados. En los distintos países del mundo,

Las cifras no son mucho mejores en la cultura  democrática Europea: en el último medio año tres reporteros de investigación han sido brutalmente asesinados, lo que ha generado alarma en la Unión Europea y en Mexico, la lucha contra la mafias del narco tráfico.  En el consulado de Arabia Saudí en Turquía o de Daphne Coruña en Malta ponen de relieve una vez más que ser un periodista que incomoda  al poder puede suponer un gran riesgo, su vida y la de su familia.

La impunidad aumenta la violencia

 Como se suele decir, la primera víctima de la democracia es la verdad. ¿La segunda víctima es el periodista encargado de contarla? Y en la batalla la  corrupción por ocultar la verdad que lo acusa y lo desnuda  usa todo su poder para descargar su poder   sobre la persona del periodista y la prensa que lo representa todo.

En efecto los medios de comunicación, periodistas,  reporteros encargados de cubrir las noticias, asumen riesgos más graves que nunca para llevar las noticias veras “en vivo” y en “tiempo real” y desde el poder político,  empresarios pudientes, grupos criminales y  mafiosos   también tratan de que la noticia que los compromete  no llegue al público y entonces, atacan al periodismo utilizando distintos métodos, desde los persuasivos, Corrompen y en casos desesperados aplican  los métodos más violentos comprometiendo  inclusive la vida del periodista.

El periodismo visibiliza acontecimientos noticiosos desde una perspectiva informativa y analítica o involucrando denuncias sobre problemas que afectan a la sociedad, lo que convierte a los periodistas en actores sociales influyentes que generan opinión pública  y al oficio como tal, en una labor de alto riesgo donde gobiernan los poderes políticos autoritarios por lo que no  extraña los distintos hechos de intimidación lo sufrimos en carne propia, antes con el gobierno  autoritario que gobernó 50 años la provincia  y el actual de Monte Quemado donde también sufrimos atentados intimidatorios.

Los riesgos en el periodismo se han estudiado y se relaciona con las agresiones contra los periodistas por parte de actores con poder político, económico. Mafias organizadas y criminales. Como es el caso del narcotráfico.  Sin embargo, y aunque existe dicha literatura, persiste en el ámbito periodístico un vacío de conocimiento sobre los riesgos de seguridad que permitan explicarlo como una variable teórica ligada a la cultura profesional del periodista, de tal manera que tanto la perspectiva descriptiva, como la tradicional sobre comunicación de riesgo, son a menudo criticadas porque descuidan la dimensión del riesgo.

Cada año la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) revela en sus informes los múltiples riesgos de seguridad que enfrentan los periodistas en ejercicio de diversas partes del mundo, los cuales tienen que ver con situaciones de violencia o amenaza, y como tal se definen desde la posibilidad que tiene el periodista de sufrir cualquier tipo de agresión o daño ocasionado por determinado agente agresor. 

El Consejo de Derechos Humanos de la Organización para las Naciones Unidas (2012) clasifica los riesgos de seguridad en tres grandes grupos: intimidación, acoso y violencia.

En Monte Quemado hemos sufrido  intimidaciones, empero lo que más asusta y duele en plena democracia es la impunidad. Recordemos en una oportunidad destruyeron los equipos de la radio F.M. Copo  nos tiraron una víbora yarará, en el hogar  poniendo en riesgo la vida de la familia. Nos dispararon con arma de fuego, rompiendo la luneta del auto, Fabricaron denuncias testigos falsos y hay que decirlo. Por  tener fiscales honestos y apegados a la ley, las denuncias no prosperaron.  

Empero también hay que reconocerlo el periodismo atraviesa quizá su peor momento a escala global, justo cuando la globalización del tráfico de mensajes parece más incuestionable. Por nefasta paradoja, la sociedad de la información podría lograrse a cambio de una sociedad sin periodismo, lo que significa sin conciencia de sus propias desgracias, de los factores que las causan y de las vías para superarlas.

En las sociedades elípticas, y excluyentes, como es el caso de la ciudad de Monte Quemado donde las dominante es la cultura del obraje con patrones ricos  y obreros pobres y de escasa instrucción y hasta indigentes, Se echa en falta la verdadera función del periodista  en el  análisis político que descubra las claves interpretativas de lo que está pasando en términos institucionales y socioeconómicos y políticos.

Eso es exactamente lo que significa la reivindicación de la crítica independiente, tan necesaria en Monte Quemado para la reflexión social y que por muchos años permaneció tan ausente. La moralina afectiva y frívola del sector social pudiente siempre excluyo  al periodismo comprometido  y cuando las evidencias de la verdad los desnuda  nos sustituyen por el subjetivismo intimista, de una división política, que para nada desde hace 37 años contribuye, al desarrollo y progreso social y económico  de una sociedad fragmentada  y políticamente dividida.