Por Tony Villavicencio | La pobreza puede ser medida a partir de distintas metodologías.

Se destacan el método de Costo de las Necesidades Básicas, también conocido como Línea de Pobreza, capaz de identificar situaciones de pobreza coyuntural y el método de NBI  (Necesidades Básicas Insatisfechas)  el cual, ha significado un importante aporte para la identificación de ciertas carencias críticas de la población y la caracterización de la pobreza en la que viven cientos de familias en los barrios de la ciudad de Monte Quemado.

Este índice, sólo permite distinguir en los barrios de la ciudad de hogares con carencias críticas de aquellos que no las tienen, pero no permite identificar la magnitud de dichas carencias. Tampoco constituye una medida eficaz de la pobreza en el sentido que permita medir en forma relativa la situación de pobreza de un conjunto de hogares de los barrios El Canal, Triangulo, Villa Nueva y 12 Octubre y nos hemos encontrado con casos secretos de extrema pobreza, inclusive en el mismo centro de la ciudad.

Lo grave que nos quedó es que desde los espacios del poder municipal local no existen propuestas ni gestiones que buscan superar las necesidades de la pobreza. Es que el patrón del obraje se transformó en el intendente y sigue pensando y obrando como el Patrón. Cabe destacar el enfoque bidimensional y el enfoque integrado, que combinan el método NBI (Necesidades Básicas insatisfechas), es decir el gobierno municipal no busca mejorar la caracterización de los pobres, al contrario, promueve políticas que frenan y perpetúen la frustrante cultura del obraje  donde la  producción y la economía  siempre estuvieron  al servicio del patrón,  lo que significa que los trabajadores de este sector nunca recibieron pagas suficientes para cubrir los requerimientos mínimos de la canasta familiar en sus hogares, condenados ellos y su familia  a vivir en la pobreza.

Hasta el momento, en la escala local el mapa de la pobreza ha aumentado porque a pesar de los esfuerzos del gobierno provincial en tratar de ordenar la actividad forestal,  la precarización laboral no le ha permitido a la familia obrera superarse y elevar la calidad de vida  del sector, cuyos obreros  se debaten en una profunda crisis económica y social, con el agravante de que en estos dos años el municipio prácticamente ha excluido a estas familias de las  políticas sociales, que al decir de algunos empleados municipales se las dibuja en papeles para justificar fondos. Mientras tanto, hay familias que  sobreviven al borde de la indigencia con un gobierno municipal ausente de políticas sociales, dando muestras de marcada indiferencia al sufrimiento de la pobreza, con niños con problemas de acceder a los alimentos,  inclusive viviendo bajo plásticos y/o en precarias chozas.  

Podemos mencionar tres carencias: la de vivienda, la de educación y la precarización laboral. Esta herramienta nos permite por un lado describir las características de los hogares en cuanto a las condiciones constructivas de la vivienda y las necesidades que sufren sus habitantes y a la capacidad de los individuos que conforman el hogar para conseguir y utilizar los recursos económicos y por otro elaborar una tipología de hogares. En consecuencia, si se quiere estudiar la evolución en los períodos es necesario aplicar una metodología indirecta, basada en indicadores correlacionados con la pobreza, medición que lamentablemente desde el año 2002 no lo tenemos.

Hoy ya nadie puede negar que en Monte Quemado la pobreza es la que domina y es la que impone las variables de una sociedad desquiciada que se relaciona directamente con las condiciones socio-económicas de la población, donde el gobierno a diferencia de los municipios de las ciudades vecinas no trata de elevar servicios básicos como lo es la calidad de la educación. Única herramienta de superación que tienen los pueblos para romper las cadenas del sometimiento y los abusos.

En esta ciudad se estima que el 75% de los jóvenes tiene escasas disponibilidad de recursos para emigrar y cursar estudios superiores en otras ciudades o provincias, y a todo esto hay que sumarle la insuficiente infraestructura de servicios médicos y sanitarios, así como con la deficiente prestación de servicios asistenciales y no es responsabilidad de los agentes de la sanidad, que mucho se esfuerzan por cumplir con su labor, sino de la carencia de medios y recursos humanos en el principal centro de salud pública de la ciudad.

En el Hospital público, en oportunidades hasta se quedaron sin ambulancia para hacer derivaciones de urgencia, y esto es más grave cuando se sabe que a pesar de los 42.000 habitantes, si al paciente no lo trasladan a tiempo se puede morir de una peritonitis, como ya ocurrió en dos oportunidades, porque la sala de cirugía hace tiempo que no funciona y es mas, no se sabe qué pasó con la aparatología que en una oportunidad desde el Ministerio la instalaron.

Por lo tanto, hipotéticamente esta variable tendría una fuerte correlación con los indicadores de carencia básicas y permitiría visualizar la evolución del mapa de la pobreza en el transcurso de visitas a los distintos barrios de la ciudad cabecera del departamento Copo, y en esta oportunidad, no vamos a referirnos a la desnutrición de niños y ancianos, casos con los que ya nos hemos encontrado y que vamos esperar poder confirmar oficialmente y así informar a nuestros lectores con objetividad.

Cabe destacar que el objetivo de este trabajo, en lo que es su primer parte, es mostrar cómo se distribuyen los hogares según determinadas características relacionadas con sus carencias estructurales y medir el grado de correlación que existen y la responsabilidad de un municipio, que en estos dos años, no ha incorporado un solo valor de obra pública ni de servicios que mejoren la calidad de vida, negando inclusive la  ayuda a las familias atrapadas por la cultura del obraje  y empobrecidos por la  precarización laboral donde salvo pocas excepciones la familia del obrero forestal  sobrevive en los barrios de Monte Quemado, sumergidos en el ostracismo de la extrema e injusta pobreza.