Pasó un año y la novedad siempre fue la misma desde el primer día, estado de inestabilidad de los empleados municipales, cambios de funciones, desmantelamiento de oficinas, suspensiones sin motivos justificables, despidos de cientos de personas de planes ocupacionales, argumentando “falta de presupuesto” pero observándose el ingreso de otras personas.

Pero todo tiene un límite, el empleado que fue suspendido por 15 días sin goce de haberes y que la Subsecretaría de Trabajo dictaminó el reintegro de haberes al no haber delito, fue trasladado junto con otros empleados. Uno de ellos, delegado de UPCN a cumplir funciones en la balanza, que dicho sea de paso no se sabe si es municipal, de vialidad de la provincia o de qué organismo. Con tal irresponsabilidad, que el personal no sabe si existe cobertura de seguro. Entre otras medidas, todas en contra de los empleados, aproximadamente diez de ellos fueron notificados mediante una bochornosa nota producida por oficina de personal, que insinúa ser resolución, pero no lo es, designarlos a cumplir tareas generales a choferes, albañiles, mecánicos etc.

Todo esto que viene sucediendo, logró crear un clima de malestar en los empleados que descargan su furia con los directores y secretarios municipales, como le ocurrió al director de rentas que ya fue increpado por varios empleados donde le resaltaron que él tuvo que renunciar a rentas de la provincia en el cual se desempeñaba como empleado, para no ser exonerado por mal desempeño.

Esta permanente persecución política y abuso de autoridad logró que los gremios ATE y UPCN de esta ciudad, se declaren en estado de alerta permanente realizando los correspondientes reclamos por escrito de la situación ante la Subsecretaría de Trabajo de la provincia. Algo que juega a favor de los empleados es la total falta de conocimiento de directores y secretarios, ya que las correspondientes notificaciones están mal implementadas porque carecen de sustento legal.