La locutora Valeria Majul, devenida a empresaria de bailantas, en un comprometedor mensaje por liberar de la responsabilidad al gobierno de la Municipalidad de la ciudad de Monte Quemado, involucró a la Jefatura, en el escándalo de la denuncia pública por presunta discriminación política al artista Ceferino Torres.

En efecto, la disposición del intendente Manuel Osvaldo Castillo, de negar autorización al espectáculo organizado por el artista y a la vez autorizar en exclusividad a su socia política a Valeria Majul, para realizar un espectáculo similar, causo indignación en la comunidad que reaccionó en las redes sociales.

La fiebre del escándalo, estaría fundamentada en que en esas mismas instalaciones del Club Defensores, que en este caso se argumentaron razones de seguridad, es de público conocimiento que días antes a la suspensión, se realizaron otros espectáculos con la autorización y conocimiento del municipio, como es el del caso más reciente, de la realización de una peña folclórica.

Todos, en el posteo, opinan que es sugestiva la suspensión del evento cultural organizado por el artista copeño. Que estaba prevista su realización para el pasado día 14 de agosto en el marco de la festividad religiosa de la Virgen de Carballo, cuando días pasados en ese mismo club, se realizaron otros espectáculos.

Preguntas y respuestas

En el pueblo se preguntan: “¿Por qué el municipio autorizó o no controló, cuando días pasados otras entidades en esas mismas instalaciones del club Defensores, realizaron numerosos espectáculos públicos?”

Si a un vecino de Monte Quemado se le consulta la opinión pública, tiene una sola respuesta. “La especulación es en beneficio de otorgar exclusividad para beneficiar el negocio de quienes exigen privilegios cobrándose de esa forma, favores políticos”.

Sin duda el derecho a unos y la negación a otros, desató la fiebre y es el eje del escándalo que coloca una vez más en el ojo de la tormenta, a la Municipalidad y es sospechado el intendente Manuel Osvaldo Castillo, de aplicar ordenanzas según sean sus compromisos políticos, convirtiendo a la institución municipal en el reparto de negaciones, negocios y privilegios.

Descargo

Por calmar las críticas de las redes sociales subidas de tono y descomprimir la asfixia de lo que a todas luces pareciera ser una injusticia que convierte en víctima a un artista querido por todos en la región; la “empresaria” Valeria Majul, beneficiada con la medida de suspender el espectáculo al reconocido artista, mediante un comunicado radial, intentó liberar de culpas a su benefactor y entre otros conceptos inútilmente vertidos adujo: “que ella personalmente se comunicó con la Jefatura porque quiso alquilar las instalaciones del mismo club (Defensores), y le negaron la autorización de poder realizar allí la fiesta y por eso tuvo que realizarla en el predio que es de su propiedad”.

Insistió nombrando en numerosas oportunidades a la Jefatura como la responsable de la suspensión del espectáculo, al artista.

Responsabilizar a la Jefatura del superior gobierno de la provincia, debe interpretarse como una incoherencia o una barrabasada, cuando se intenta inducir que Jefatura es la que ordenó la suspensión cuando en realidad la Municipalidad, es el organismo de aplicación y cumplimiento de las ordenanzas dentro de su propia jurisdicción y es el intendente el único responsable de autorizar o negar la realización de un espectáculo público.

Trascendió que el audio, con estas incoherencias, llegó a la Casa de Gobierno y está siendo analizado por Jefatura, donde causó más que sorpresa y asombro, cuando la locutora devenida a empresaria de bailantas, en el intento de salvar una situación de responsabilidad política del municipio, involucra a la Jefatura que no tiene jurisdicción ni competencia para intervenir en la aplicación de una ordenanza municipal.