Por Tony Villavicencio.- La empresa que construyó las vías y encerró los terrenos del ferrocarril se fue, dejando a los ancianos y discapacitados de la ciudad de Monte Quemado, sin construir las rampas que faciliten su circulación y obligándolos a desplazarse con sus sillas de ruedas por los extremos de la ciudad.

No obstante, la Ley Nacional Nº 24.314, señala que los bienes nacionales, provinciales y municipales en obras de uso público y en especial de las vías públicas, pasarelas peatonales, parques, plazas y áreas verdes, deberán ser accesibles y utilizables sin dificultad por personas con discapacidad. En Monte Quemado, la obra nacional no construyó la rampa y dejó librados a su suerte a los más vulnerables.

La estafa del Estado

Si hay una Ley que impone al Estado una normativa, ¿cuál es el motivo por el que los de la obra del Ferrocarril Belgrano Cargas, que se ejecutó en la ciudad de Monte Quemado, en este periodo del gobierno del macrismo, se negaron  a construir la pasarela mixta o exclusiva para el paso de los discapacitados? Hoy los habitantes miran con impotencia, el triste paisaje de un municipio desentendido de los derechos de sus vecinos habitantes de una ciudad, físicamente dividida por una barrera metálica que encierra el territorio del ferrocarril de extremo a extremo en una distancia de 3.000 metros.

Si le queremos poner un condimento tragicómico, diríamos que se dividió la ciudad como la vieja Alemania. El Monte Quemado Occidental y el Monte Quemado Oriental. Sin tenerse en cuenta que los servicios de Salud, Educación, Justicia y Seguridad tienen presencia en ambos lados por lo que el movimiento de la gente es intenso en ambos sectores.

A ver si los podemos ubicar a los lectores que no conocen a nuestra ciudad. Encerraron con tela metálica el corazón mismo de la ciudad y nadie pisa los territorios por donde pasa el tren que lleva los cereales de los cultivos de “su majestad”, el presidente de los argentinos, y sus amigos pudientes, que son beneficiados por un gobierno que invierte lo que es de todos pensando en pocos, sin respetar las leyes y pisoteando los derechos y la seguridad, no solo de ciudadanos, vulnerables, sino frenando las posibilidades de progreso y desarrollo en pos de privilegiar a diez terratenientes dueños de la producción agrícola de la provincia de Salta. Donde el grupo económico Macri en sociedad con el gobernador Urtubey son también dueños de 80.000 hectáreas.

En Monte Quemado a partir de la obra del Belgrano carga, no hay otra forma de pasar de un lado al otro de la ciudad, dividida por el territorio del ferrocarril, que circulando por dos extremos separados en una distancia de 3.000 metros, los peatones se ven obligados a cruzar por la vieja pasarela construida en el año 1959, de empinadas escaleras de tablas derruidas y sin barandas, de noche y sin luz, por donde es improbable que suban los ancianos, e imposible que lo puedan hacer en sus sillas de ruedas los discapacitados.

El anterior gobierno municipal mediante una carta documento, intimó a la empresa que construyó la obra del Ferrocarril, desde donde se les informó, que en el proyecto no estaba contemplado una rampa para discapacitados y ancianos.

El intendente Carlos Hazán para esos días aún en funciones, viajó a la Capital Federal, entrevistándose con los funcionarios, que recibieron formalmente el pedido con el compromiso de que una vez concluida la obra de las vías, antes de irse, la empresa construiría las rampas (lo cual no ocurrió) y la empresa anunció que finalizaron las obras, quedando resumida a atender lo administrativo, y los ancianos y discapacitados de Monte Quemado para siempre quedaron cargados en la conciencia y los hombros del paisaje.

Y nos cansaremos de ver, que ruedan y ruedan las sillas de los que empujan la vida, sin poder alcanzar los extremos de una ciudad desentendida y resignada a perder los derechos, inclusive de los más vulnerables que no pueden defenderse por sí mismos.